Desarrollo saludable entre los 3 y los 4 años
Tu hijo es cada vez más autónomo; puede comer solo, lavarse, vestirse y desvestirse. Sube y baja escaleras alternando los pies. Puede pararse y saltar en un pie.
Arroja y ataja una pelota. Baila. Despliega una gran actividad durante todo el día.
Reconoce y nombra las partes de su cuerpo.
Colabora con pequeñas tareas domésticas y despliega un lenguaje comprensible y muy amplio. Utiliza palabras nuevas; juega con rimas y canciones. Utiliza conjunciones e interjecciones.
Puede relatar un cuento. La imaginación fluida lo lleva a fantasear e inventar historias.
Disfruta de la participación en grupo. Hace bromas, muecas y morisquetas.
En esta etapa, es muy probable que tu hijo controle esfínteres durante el día y la noche.
El juego de imitación sigue siendo predominante y es su actividad principal para expresar emociones y adquirir nuevas habilidades. Le encanta disfrazarse e imitar personajes, hablando solo. Puede hacerlo con amigos imaginarios o jugando con otros niños.
Comienza a disfrutar de algunos juegos en grupo, con reglas sencillas.
Se expresa a través de actividades plásticas variadas: dibujo, pintura, modelado. Comienza a utilizar la tijera.
Dibuja la figura humana diferenciando cabeza y tronco.
Puede distinguir, nombrar colores y tamaños.
Puede contar y repetir de memoria hasta 10 o más números, lo que no implica haber adquirido la noción de orden y cantidad.
Se incrementa su capacidad de espera y de atención en las actividades diarias. Puede desarrollar su tolerancia, lo que le permite compartir tanto los juguetes como los momentos de intercambio con los adultos.
La curiosidad y el descubrimiento de su cuerpo forman parte del desarrollo normal de los niños a esta edad. Esto puede provocar preguntas, maniobras o manipulaciones de sus genitales, que le ocasionan sensaciones placenteras, todo lo cual constituye parte del aprendizaje.
El inicio de la escolaridad
A partir de los 3 años, es conveniente que se incorpore a un jardín de infantes.