Presidencia de la Nación

UNIIMOG

Grupo de Observadores Militares de las Naciones Unidas para Irán e Iraq (1988 - 1991)


Mandato

Verificar y supervisar las condiciones del cesa del fuego mientras se realizan las negociaciones por la paz.

Sedes

Teherán (Irán) y Bagdad (Iraq).

Participación de la Armada Argentina

La guerra de la década de los años ochenta entre Irán e Iraq encuentra sus raíces en las diferencias políticas, culturales y religiosas entre persas y árabes, que los han enfrentado históricamente. Las operaciones iniciadas por Iraq en septiembre de 1980 preveían una campaña de corta duración, pero, en los hechos, se prolongó durante casi ocho años.

Con la resolución que el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó a mediados de 1988, se generó la misión UNIIMOG. Su objetivo consistía en verificar la implementación del cese del fuego en la frontera común entre Irán e Iraq.

La participación de la Armada consistió en el envío de personal para cumplir funciones como observadores militares, con la tarea básica de verificar, desde el lado iraní, el cumplimiento de las condiciones que se acordaron para el cese bilateral del fuego.

Las características geográficas de montaña y desierto, sumadas a un clima de temperaturas mayores a 50º C, presentaban condiciones naturales extremas para el cumplimiento de la misión. Cabe agregar el problema adicional que implicaba la existencia de minas terrestres y que afectaba el desarrollo de las tareas de los observadores. Las inspecciones se cumplían mediante patrullas diarias, en vehículos y a pie, compuestas por dos observadores y oficiales de enlace iraníes. Cada observador podía computar un total de 135 patrullas en su tumo de servicio, dado que se realizaban una o dos diariamente, cubriendo distancias entre 150 y 200 kilómetros. Algunas patrullas fueron cumplidas en helicópteros al servicio de la ONU. Las tareas de los observadores comprendían, además, una reunión semanal en "la tierra de nadie" (zona de separación de las fuerzas), con otros observadores de la ONU, desplegados en Iraq, para intercambiar informaciones y constatar las acusaciones de violaciones del cese del fuego.

No menos importante fue el control realizado en relación con el intercambio de prisioneros y de los cuerpos de los combatientes muertos en acción, que se produjeron en puntos intermedios de la “tierra de nadie”.

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