¿Por qué se produce la reentrada de chatarra espacial?
Los objetos que se encuentran en órbitas bajas (LEO, Low Earth Orbit), están continuamente expuestos a fuerzas aerodinámicas de frenado por las capas superiores de la atmósfera terrestre. Aunque estas fuerzas son muy pequeñas, pueden causar que el objeto vaya perdiendo altura y atravesando capas cada vez más densas de la atmósfera, incrementándose así la fuerza de frenado.
Al llegar a una altura de aproximadamente 80 km, los objetos sufren fuerzas aerodinámicas que ocasionan su fragmentación, comenzando la fase final de la reentrada.
Durante el reingreso, en menos de 10 minutos la velocidad del objeto disminuye drásticamente desde más de 27000 km/h a valores subsónicos debido a la fricción del aire. Esto hace que se genere una enorme cantidad de energía, que provoca que los objetos o sus fragmentos se quemen en gran medida o incluso completamente. Sin embargo es posible que algunas piezas o parte ellas puedan alcanzar la superficie terrestre.
Aproximadamente entre el 10 y el 40 por ciento de la masa de un satélite puede resistir el reingreso, dependiendo de los materiales que se utilizaron en su construcción. Por ejemplo, si contiene partes de titanio o acero inoxidable, ambos con puntos de fusión altos, es probable que gran parte de estas componentes lleguen a la superficie.