El emprendimiento liderado por tres hermanas, Carla, Ornella y Mora Basilotta, surge de su compromiso con el medio ambiente, la educación y el trabajo justo. Fabrican marroquinería de diseño y calidad premium con residuos de big bags plásticos (contenedores de arena que descartan las petroleras), material que en su mayoría se quema, en perjuicio de la huella de carbono, y lo combinan con cueros que descartan las curtiembres.

Comenzaron con dos modelos de mochila y luego diseñaron una línea de otros diez modelos inspirada en los trabajadores urbanos. Hoy fabrican más de 40 productos diferentes como, carteras, maletines, porta-notebooks, billeteras, calzado y barbijos, confeccionados de forma artesanal, sin género y de triple beneficio: mitigan el impacto en la huella de carbono, generan trabajo justo y fabrican productos cien por ciento reciclados. Su diseño es a la vez diferencial: cada producto tiene detrás una historia sustentable.

“Cuando surge la idea de utilizar las bolsas gigantes de plástico que se descartan en la industria petrolera, recurrimos al INTI para hacer las pruebas de resistencia al peso, fricción e impermeabilidad, entre otras. También nos desarrollaron un protocolo de pruebas adaptado al material, en el que intervinieron los sectores de Textiles y Plásticos. El INTI nos brindó la respuesta que esperábamos para comenzar con la empresa”, comenta Ornella Basilotta.

En Fracking Design trabajan nueve personas y cinco cooperativas intervienen en el proceso, lo que representa más de 80 familias en toda la cadena de producción. El proceso comienza con la separación de este residuo en origen, luego se lo lleva a diferentes cooperativas recicladoras donde se lavan, desarman y esterilizan a través de un proceso industrial, que incluye planchado, bobinado y confección. “Nos eligen no sólo por la estética y larga durabilidad de nuestros productos sino por ser parte del mercado sustentable”, agrega Ornella.

En este sentido, la empresa cuenta con el aval de la Secretaría de Ambiente de la municipalidad de Neuquén, que asegura que su materia prima es un residuo inocuo y no tóxico para el destino de marroquinería. También obtuvo la certificación internacional de empresa sustentable (Sistema B) y el sello de “Buen diseño argentino”.

Ya exportan a Estados Unidos y su desafío hoy es abrir mercados en América Latina, a través de distribuidores y grandes cadenas comerciales.

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