Mateo Majdalani y Eugenia Bosco dialogaron con la web de la Subsecretaría de Deportes de la Nación y dejaron reflexiones tras la histórica medalla plateada que ganaron en París 2024. Las palabras felicidad, descanso, esfuerzo, disciplina y orgullo se repiten entre sus frases. Con este logro la vela ganó su medalla 11 para la historia olímpica de la Argentina, sólo superado por el boxeo que aportó 24.

“Nuestro objetivo siempre fue estar en el podio. Estamos muy satisfechos, con una sensación del deber cumplido. Esta medalla es un broche de oro a tanto trabajo”, expresó desde Valencia Majdalani, de 30 años, a horas de regresar al país.

Y prosiguió: “Ahora es tiempo de descansar, de seguir asimilando todo esto que fue una verdadera locura. Me siento aliviado, disfrutando el presente. Seguramente seguiremos navegando pero hoy no puedo pensar en lo que viene, vamos tomando conciencia de lo importante que es este logro para el deporte argentino”.

A lo que Bosco desde Barcelona, también a punto de tomarse un avión con destino a Buenos Aires, contó: “En esta medalla está reflejado nuestra disciplina y el trabajo duro de todo nuestro equipo”.

Y la regatista de 27 años coincidió con Majdalani de cara al futuro: “Creo que seguiremos juntos; pero todavía no conversamos nada. Todo lo que nos está pasando es muy fuerte y hermoso al mismo tiempo y en este momento lo único que quiero es disfrutar y descansar”.

El binomio Majdalani – Bosco tuvo debut olímpico con éxito en París y el logro de la medalla en la clase multicasco mixto, históricamente llamada nacra 17, alimenta sin duda la ilusión para Los Ángeles 2028 y todo lo que tenga por delante este nuevo ciclo olímpico que está por comenzar. Por eso, aunque ellos todavía prefieran no programar el futuro, su entrenador Javier Conte no disimula su proyección: “Estos chicos tienen una carrera deportiva enorme por delante, es espectacular lo que hicieron en sus primeros Juegos y no me sorprende”.

El actual entrenador, medallista olímpico junto a Juan De la Fuente en Sydney 2000 en clase 470, dejó en claro entre sus conceptos una frase que lo resume todo: “Siempre confiamos en nuestro plan. La curva de rendimiento siempre fue para mejor y por eso todo hacía suponer que íbamos a pelear por una medalla. Fuimos cumpliendo todos los objetivos, no dejamos nada librado al azar, tuvimos todo el conocimiento desde lo técnico y de la cancha de Marsella; a la que fuimos durante los cuatro años, en distintas fechas y conocíamos bien el lugar y las características dónde se disputaron las regatas”.