Se cumplen 45 años de “La noche de los apagones”, que se desencadenaron entre el 20 y el 27 de julio de 1976, cuando fuerzas de la dictadura cívico-militar, con la colaboración de la empresa Ledesma, organizaron cortes de luz en varias localidades de la provincia de Jujuy para llevar a cabo secuestros de trabajadores, estudiantes, militantes y profesionales del campo popular.

Unas 400 personas fueron secuestradas, de las cuales 33 permanecen desaparecidas. La Noche del Apagón demuestra la responsabilidad empresarial en delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura.

Los cortes de luz intencionales, ordenados por la empresa Ledesma, comenzaron el 20 de julio de 1976 en la localidad de Libertador General San Martín, día en el que se montó un gran operativo también en las ciudades de El Talar y Calilegua.

Todo el departamento de Ledesma quedó sin luz y, al abrigo de esa oscuridad fue que se cometieron estos aberrantes delitos. Los secuestrados aquella noche fueron llevados al centro clandestino de detención de Guerrero, donde fueron vejados y torturados.

Eva Arroyo, integrante de la Agrupación Hijos de Jujuy, destacó la importancia de seguir buscando justicia: "En la Noche del apagón participaron las fuerzas de seguridad, armadas y el directorio la empresa Ledesma que hoy, gracias a la lucha de los organismos, volvió a estar procesado a la espera de juicio". "Aunque sabemos que la justicia cuando llega tarde no es justicia, creemos que es reparador para las víctimas que han dicho la verdad durante 45 años sobre qué es lo que sucedió esa noche", agregó Arroyo.

En la causa están imputados el empresario Carlos Blaquier y el administrador de Ledesma, Alberto Lemos, quienes fueron procesados como partícipes necesarios de La Noche del apagón. Ambos están acusados de proveer vehículos y personal del ingenio para los operativos, según se desprende de los testimonios de los sobrevivientes. A los imputados también se les adjudica los secuestros del ex intendente Luis Arédez, de dos sindicalistas y de los trabajadores de Ledesma.

“Yo tenía 16 años cuando el 24 de marzo de 1976 se llevaron a mi padre en una camioneta del ingenio Ledesma; quedé inmóvil, absolutamente asustado. Mi madre Olga, a media cuadra y desde la vereda de casa gritaba y me decía que no me mueva, que me quedara quieto. En medio de esa oscuridad me di cuenta de que solo había luz en la fábrica Ledesma, que estaba en plena cosecha”, dijo Ricardo, hijo del ex intendente de Libertador Gral. San Martín Luis Arédez, y de Olga, una de las fundadoras de Madres de Plaza de Mayo.