Instalan un túnel de viento para evaluar la erosión eólica
En Santa Cruz, un equipo de investigadores del INTA puso en funcionamiento esta herramienta portátil que permite calcular cuánto suelo superficial remueve y transporta el viento. La información servirá para orientar el manejo ganadero y prevenir la erosión en los pastizales.
Cerca del 50 % del territorio argentino es árido y semiárido y está afectado por distintos procesos de erosión. Particularmente en las provincias de Chubut y Santa Cruz, el suelo superficial es removido y transportado por el viento a distancias variables, según las características del suelo y de la intensidad y duración del viento. Para evaluar y cuantificar el impacto real del proceso de erosión eólica en la Patagonia Austral, investigadores del INTA construyeron un túnel de viento portátil.
La pérdida de suelo –por acción del viento– ocurre por falta de cobertura vegetal y genera pérdida de productividad en los pastizales naturales. A lo largo de los años, la mayoría de las investigaciones en erosión eólica se concentraron en zonas de producción agrícola. Por esto, Cinthia Schenkel y su equipo se enfocan en conocer el proceso de erosión que se da en el sur de Santa Cruz para mejorar el manejo de los ambientes naturales y diseñar estrategias de recuperación adecuadas.
Schenkel es especialista en manejo de suelos del INTA Santa Cruz y realiza su tesis de doctorado en base a investigaciones sobre cuantificación y evaluación de la vegetación en los procesos eólicos e hídricos que producen perdida de suelo en la Estepa Magallánica seca.
Como responsable de la puesta en funcionamiento del túnel de viento portátil, Schenkel señaló que “este dispositivo puede ser trasladado para realizar simulaciones de viento a campo en condiciones naturales y, a su vez, controlar la intensidad y duración del viento para conocer el proceso erosivo eólico en pastizales naturales”.
Un motor conectado a una hélice genera una corriente de viento, con una velocidad y duración que puede ser controlada por los investigadores según los parámetros evaluados. “El túnel está compuesto por tres paredes de chapa sin piso, lo que pone en contacto el viento generado con el suelo”, expresó Schenkel y agregó: “Al final de la estructura hay una serie de colectores de sedimentos, sensores de velocidad de viento y sensores de impacto que permiten evaluar intensidad y trasporte de partículas que se pierden por efecto del viento”.
Debido a que el túnel de viento es portátil, puede ser trasladado para realizar simulaciones a campo en condiciones naturales y sirve para evaluar la erosión en distintas áreas ecológicas. “Actualmente el túnel se está calibrando para lograr un ´perfil de viento´ que nos permita simular las características de la región”, indicó Schenkel quien explicó que “el túnel nos permite controlar y regular no sólo la intensidad del viento y sino también los tiempos de exposición, algo que resulta imposible cuando estudiamos el fenómeno con el viento patagónico, de alta intensidad, pero inconstante y turbulento”.
De acuerdo con Gabriel Oliva, especialista del área de Recursos Naturales del INTA Santa Cruz, esta característica de movilidad es muy valiosa para conocer qué ocurre especialmente en las áreas extensas, con suelo fino, suelto y seco y con poca vegetación. “Hasta ahora, solo se cuantificaron las áreas afectadas por erosión en base a imágenes satelitales; gracias al túnel de viento se podrá conocer cuánto suelo se pierde en estas áreas sin vegetación, pero además y como contrapartida, cuantos sedimentos atrapan las estepas patagónicas cuando se manejan adecuadamente desde el punto de vista ganadero”, expresó.
En este sentido, Oliva destacó que “la información generada por esta herramienta de medición permitirá proponer acciones de manejo para preservar los suelos que pierden o ganan sedimentos, nutrientes y materia orgánica con la erosión. Esto afecta la capacidad de producción forrajera y también determina, por ejemplo, la liberación o el almacenamiento de dióxido de carbono, que resulta un servicio ecosistémico importante y determina la huella de carbono de los productos de la ganadería que resultan importantes para la sociedad actual”.
La construcción y puesta en funcionamiento del túnel fueron financiadas por la Fundación ArgenINTA, en el marco de las acciones que desarrolla el observatorio de sequía, clima y erosión de la Estación Experimental Agropecuaria Santa Cruz del INTA. “Nuestro dispositivo es el segundo construido en el país con estas características”, indicó Oliva quien señaló que es similar al que está funcionando en el INTA Anguil –La Pampa–, un aspecto central para la evaluación y comparación de resultados y experiencias.