Encuentro en el Salón de las Mujeres de la Casa Rosada
En el marco de las actividades permanentes del Programa Argentina Futura, esta semana se realizó un encuentro en el Salón de las Mujeres de la Casa Rosada con Shannon Vallor.
En el marco de las actividades permanentes del Programa Argentina Futura, esta semana se realizó un encuentro en el Salón de las Mujeres de la Casa Rosada con Shannon Vallor, filósofa y profesora especializada en ética de los datos e inteligencia artificial en la Universidad de Edimburgo en el Reino Unido, del que participó en representación delINAP el director nacional de Planeamiento Estratégico de la Capacitación, Mag. Julián Lopardo.
Vallor expuso brevemente el significado y las proyecciones de la inteligencia artificial y sus distintos tipos, los desafíos de los gobiernos, el impacto de las tecnologías, el mundo del trabajo y la centralidad de las personas en cada uno de esos procesos.
En línea con las premisas de Argentina Futura sobre las construcciones como desafíos culturales y políticos de la sociedad y el Estado, la investigadora sostuvo que el riesgo no está en la inteligencia artificial sino en quiénes, de qué modo y con qué finalidad la utilizan.
La innovación tecnológica implica mucho más que algoritmos, automatización y corporaciones: atraviesa todas las formas de organización personales y comunitarias. Si bien los avances de las tecnologías son reales e impresionantes, tienen límites precisos en cuanto a qué son capaces de hacer: se trata de herramientas, no de amenazas. Ninguna inteligencia artificial comparable a la inteligencia de un humano (que implica conciencia, entendimiento, sensibilidades, independencia) ni avanza por su propia voluntad: son las personas quienes deciden los caminos a seguir y, por tanto, responsables de estos.
Si bien los algoritmos son poderosos, opacos, para nada neutrales (promueven valores y dan forma a los existentes), impredecibles y falibles no hay que perder de vista que continúan subordinados a las decisiones humanas. Recuperar permanentemente ese análisis debería ser la preocupación real de los estados y de sus decisores políticos, que deben atender los riesgos (técnicos, sociales y legales), desarrollar conocimientos y capacidades para la soberanía, reconstruir la confianza pública, comunicar correctamente con claridad y transparencia, evitar la dependencia de las grandes corporaciones tecnológicas globales, invertir reflexivamente, mantener el factor humano siempre en el centro de la mirada y asumir las responsabilidades y consecuencias emergentes del uso de la tecnología en los territorios.
El encuentro en el Salón de las Mujeres implicó un espacio de encuentro e intercambio puntual sobre un tema de relevancia plena para todas las administraciones públicas, cuyos institutos de formación -el INAP entre ellos- trabajan a diario para democratizar el conocimiento y prever tendencias de proyección de escenarios futuros.
Esos escenarios no pueden estar escindidos de la tecnología como herramienta de las y los trabajadores, de sus incentivos, del modo en el que se vinculan con sus saberes y con la eficiencia en sus tareas cotidianas. Construir un presente más justo, plural y diverso, con perspectiva federal y global requiere del compromiso de toda la ciudadanía.