En el Día de la Mujer, el IEDS recuerda a Marie Curie
Gracias a Marie Curie, durante la Primera Guerra mundial, una veintena de ambulancias radiológicas, acercaban a las líneas de combate la posibilidad de detectar mediante placas radiográficas, restos de proyectiles en los soldados heridos, apoyando la labor de los cirujanos en hospitales de campaña.
En una época donde las mujeres no podían estudiar ciencia, y luego de ser merecedora por sus aportes de dos premios Nobel, el de Física en 1903 y el de Química en 1911, Marie Curie también inventó durante la Primera Guerra Mundial, la radiografía móvil.
Las unidades que terminaron siendo bautizadas las “Petit Curie” (“Pequeñas Curie”) consistían en vehículos equipados con un equipo de rayos X y una sala oscura para revelado. El mismo motor del vehículo accionaba la dinamo que generaba la electricidad necesaria para la toma de radiografías.
Marie era la jefa del Servicio de Radiología de la Cruz Roja Francesa. Asistida desde el principio por su hija Irene de 18 años y un médico militar, también tuvo que estudiar anatomía básica y ella misma operaba los equipos. Habiendo ya cumplido 50 años fue una de las primeras mujeres que obtuvieron el carnet de conducir para manejar vehículo automotor, aprendiendo también a cambiar ruedas y algo de mecánica.
Ella se ocupó de buscar financiación para su proyecto radiológico, logrando que La Unión de Mujeres de Francia, formada por mujeres adineradas, aportara los fondos necesarios. También fundó el primer centro de radiología militar de Francia, donde pudo formar a más de 150 mujeres en el manejo de los equipos de rayos X.
Se estima que más de un millón de heridos fueron examinados en las unidades radiológicas móviles, y en las fijas que Curie ayudó a instalar en los hospitales de campaña.