Determinación del valor óptimo de la potencia eléctrica contratada en grandes usuarios
En una organización, la gestión de la energía es la suma de acciones y medidas que se llevan a cabo de forma planificada para reducir los consumos y hacer un uso racional y eficiente de la energía. El IEDS desarrolla esta actividad a través de poner en práctica métodos, técnicas y procedimientos matemáticos que permiten medir, caracterizar y diagnosticar cómo se consume la energía y realizar pronósticos de consumos. En este contexto, la potencia eléctrica es uno de los aspectos más importantes que una institución clasificada como “gran consumidor” debe estimar con criterio para reducir sus gastos.
De acuerdo a la Resolución 61/92 de la Secretaría de Energía, los grandes usuarios eléctricos deben contratar -con anticipación- a sus respectivos distribuidores la máxima potencia eléctrica que van a demandar durante el próximo período corriente.
La selección de la máxima potencia contratada o convenida resulta crítica a la hora de evaluar los costos eléctricos del usuario. Esto es así porque de forma general, más allá de las particularidades en las condiciones de contratación de cada distribuidor, si la potencia usada o consumida es mayor a la potencia contratada, se generan incumplimientos en el contrato con la empresa encargada de la distribución eléctrica. Estos incumplimientos derivan en penalizaciones que incrementan el monto final de la factura por el servicio eléctrico. Mientras que, si la potencia consumida es menor a la contratada, el consumidor incurre en un sobrecosto por haber contratado una potencia que no alcanzó a utilizar.
Tanto las penalizaciones como los sobrecostos que se originan en una potencia eléctrica contratada muy alejada de las reales necesidades de una institución o empresa, se suman al costo de la potencia efectivamente consumida y son proporcionales a la diferencia en el consumo real de potencia con respecto al valor contratado. Es por tal razón que siempre es conveniente para los grandes consumidores, establecer un cálculo o estimación del verdadero consumo eléctrico con la anticipación de meses y hasta un año, con el fin de reducir los gastos del servicio eléctrico. En especial porque los gastos que origina una potencia eléctrica mal contratada sólo generan perjuicio económico al aumentar la facturación del servicio, sin refundar en ningún beneficio para el consumidor.
De lo anterior se deduce que, para un determinado nivel de consumo eléctrico, el costo eléctrico total puede ser optimizado mediante la selección adecuada de la máxima potencia contratada, en especial para los grandes consumidores, sean públicos o privados.
A través de un estudio y relevamiento de consumos históricos del Centro Atómico Bariloche (CAB) durante el año 2018, el IEDS promovió la actualización de la potencia eléctrica contratada acorde a la tendencia de crecimiento del consumo estimado. Posteriormente, al año siguiente, el IEDS realizó una apreciable mejora en la estimación de las tendencias de consumo aplicando un estudio estadístico y matemático de los consumos eléctricos de los últimos dos años, a los efectos de establecer una metodología para realizar el pronóstico y optimización de la potencia eléctrica máxima que se requeriría en los próximos meses, con anticipación de hasta un año. En el desarrollo de los algoritmos adecuados se contempló, tanto las posibles variaciones estacionales en el consumo, como las proyecciones de demanda eléctrica originadas en las necesidades operativas institucionales.
Los algoritmos estaban siendo probados al momento del inicio del receso ocasionado por la Pandemia, con el fin de generalizar su empleo para grandes consumidores, sean estas instituciones públicas o privadas.
Tanto en los estudios realizados en el 2018 como en el 2019, el IEDS contó con la colaboración brindada por la Gerencia de Coordinación CAB.