Datos satelitales para la prevención de la Fiebre Hemorrágica Argentina
La CONAE trabaja en un proyecto junto al Instituto Nacional de Enfermedades Virales Humanas, mediante el cual elaboran mapas de cultivos con información de origen espacial y variables ambientales, de los sitios donde se alimentan los roedores que pueden estar infectados. La iniciativa aporta a acciones de salud pública.
La Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) se encuentra desarrollando un nuevo proyecto de epidemiología panorámica junto al Instituto Nacional de Enfermedades Virales Humanas (INEVH), dependiente de la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud “Dr. Carlos Malbrán” (ANLIS), para generar conocimiento, con el apoyo de información satelital, sobre la distribución espacial del ratón maicero (Calomys musculinus) y predecir el riesgo de infección de la Fiebre Hemorrágica Argentina (FHA), transmitida por ese roedor. La iniciativa apunta a promover acciones de salud pública, con la puesta en marcha de programas de prevención.
La CONAE se involucró en el proyecto a partir de una convocatoria del INEVH para trabajar de manera conjunta en el monitoreo y vigilancia eco-epidemiológica de roedores transmisores de enfermedades humanas, en particular del ratón Calomys musculinus, reservorio y transmisor del virus Junín, que causa la Fiebre Hemorrágica Argentina.
A la fecha, el equipo de profesionales del área de Desarrollos y Soluciones Ambientales de la CONAE, conformado por Nazarena Rojas, Carla Celleri y Andrés Lighezzolo, logró confeccionar un primer Mapa de clasificación de cultivos, con información de campo y espacial, que permitiría a los profesionales del INEVH conocer los sectores sembrados con maíz con mayor potencial de ser el hábitat de los roedores portadores de la enfermedad. Por ahora este producto se circunscribe a un área piloto, pero a futuro planean extenderlo a toda la región de interés.
Además el proyecto involucra el desarrollo de un modelo de distribución espacial de las poblaciones de roedores infectados, usando los datos de la vigilancia eco-epidemiológica (lugares de presencia del ratón infectado) y variables ambientales (entre ellas la clasificación de cultivos).
Clasificación de cultivos
“Nuestros estudios consisten en conocer la dinámica de la población del ratón y cómo se distribuye la enfermedad, que tiene su epicentro en el sur de Córdoba y sur de Santa Fe, norte de La Pampa, norte y centro de Buenos Aires”, indicó Rojas, y explicó que, en este sentido, la vigilancia eco-epidemiológica permite asociar la distribución del ratón transmisor de la Fiebre Hemorrágica Argentina, con factores ecológicos y los casos de enfermedad humana.
Las imágenes satelitales provistas por la CONAE, sumadas a variables ambientales, ayudan a inferir cuáles son los sitios donde es probable encontrar a los roedores en campos sembrados con maíz, del cual se alimentan los ratones.
Para avanzar en el proyecto, durante 2023 las profesionales de la CONAE realizaron una campaña al este y sur de la provincia de Córdoba, para relevar lotes sembrados con maíz y generar un mapa de cultivos. Además Celleri participó de una campaña de campo con el INEVH a lo largo de tres jornadas, durante los cuales se colocan las trampas para capturar a los ratones y luego hacer análisis en el laboratorio, para determinar qué especies lograron recoger y realizar evaluaciones virológicas. A partir de estas campañas se desarrolló el primer mapa de clasificación de cultivos, que incluye maíz, soja, sorgo y alfalfa. “A futuro pretendemos tomar otras áreas y confeccionar un mapa más grande”, dijo Rojas.
“La clasificación de cultivos fue realizada a una escala geográfica adecuada, que permite a los profesionales del INEVH localizar las parcelas con maíz en sus relevamientos a campo y saber en qué parcelas ubicar las trampas, optimizando recursos”, informó Celleri. Estas campañas se realizan cuando el cultivo atraviesa su fase de senescencia o cuando el lote acaba de ser cosechado y el terreno queda cubierto con rastrojos, debido a que son los estadíos elegidos por los roedores para alimentarse, y cuando se colocan las trampas para capturar a los ratones que transmiten la enfermedad.
“La clasificación de cultivos también representa un insumo para otro de los objetivos del proyecto, que es desarrollar un modelo de distribución espacial de las poblaciones de roedores infectados”, añadió Celleri
“Nuestro objetivo es colaborar en el desarrollo de un sistema de vigilancia para encontrar de un modo más eficiente los sitios donde habitan y se alimentan los ratones que transmiten la enfermedad, para después también implementar planes de vacunación en poblaciones que tienen más potencial de infectarse”, indicó Lighezzolo. “Por medio de esta iniciativa estamos cumpliendo con una de las funciones del Plan Nacional Espacial, de disponer de la información geoespacial para la mejora de la calidad de vida de las personas”, concluyó.