Adolfo Pérez Esquivel: “Una sociedad que no piensa en sus niños, es una sociedad que hipoteca el presente y el futuro de la Patria”
Realizamos un homenaje y reconocimiento al Premio Nobel de la Paz por una vida comprometida en la lucha por la defensa de los derechos humanos de niñas, niños y adolescentes.
La Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, realizó un homenaje al Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, en reconocimiento a, su trayectoria y compromiso por los derechos humanos de las Infancias.
Además, en dicho acto, realizado en el Auditorio Guillermo Ríos en la Sede Central de la SENAF, se llevó a cabo el descubrimiento de un mural en memoria de los caídos en la Guerra de Malvinas, replica de la obra que se encuentra en la oficina del presidente de la Nación, Alberto Fernández, que quedará colgado en el Auditorio y que fue pintado y donado por Pérez Esquivel.
Encabezó el reconocimiento, el secretario nacional de Niñez, Adolescencia y Familia, Gabriel Lerner, acompañado por Norberto Liwski, reconocido pediatra social, docente, educador popular y ex vicepresidente del Comité de Derechos del Niño de Naciones Unidas.
Lerner dio la bienvenida a los presentes con palabras de agradecimiento y expresó el agrado de homenajear a Adolfo Pérez Esquivel en la SENAF, por su trayectoria, compromiso, activismo y contribución en la defensa de los derechos de las niñas, niños y adolescentes.
En ese sentido, el secretario nacional expresó: “Adolfo es de las primeras personas que, en nuestro país, planteó que el problema de los niños, las niñas y sus derechos no era un problema del futuro, sino que era un problema del presente. Exigió siempre que nos ocupemos de ello con la mayor de las urgencias, y que este trabajo no puede ser pensar en los chicos y las chicas para adelante, sino en respuestas inmediatas a sus necesidades”. Además, resaltó que “cada vez que en nuestro país hubo una amenaza de sancionar leyes que sean aún más punitivas para los pibes y las pibas, sobre todo de bajar la edad de punibilidad, todos sabíamos que a quien podíamos recurrir inmediatamente para que se pusiera a la cabeza de decir ‘no a la baja de punibilidad’, era a Adolfo Pérez Esquivel. Todos los que hemos militado por eso, estamos extremadamente agradecidos en ese sentido”, aseguró.
En segundo lugar, tomó la palabra Liwiski, quién expresó: “El dato permanente instalado sobre Adolfo en la conciencia pública es que nunca cambió de vereda. La lucha por los Derechos Humanos lo vio siempre inclaudicable ante aquellos que quisieran avasallarla, ocultarla, aquellos que cometieron crímenes y aquellos que intentaron en el último tiempo recorrer el camino del negacionismo, el camino de retrotraer la memoria a los lugares de la oscuridad”.
Adolfo Pérez Esquivel en su discurso resaltó la idea del trabajo colectivo en materia de derechos humanos. Y para ello recordó el momento de su designación como Premio Nobel de la Paz, en 1980, por su lucha en favor de los Derechos Humanos, enfatizando no haber asumido ese premio a título personal sino en nombre de los pueblos latinoamericanos y de todas aquellas personas con las cuales caminó América Latina para “construir una sociedad mejor”. “Siempre teniendo conciencia de la rebeldía de los pueblos latinoamericanos. Y soy fiel a eso de seguir insistiendo, de seguir acompañando día a día a los pueblos”, dijo Pérez Esquivel.
Además, expresó que las chicas y los chicos en situaciones vulnerables y de indigencia lo que esperan es “ternura, acompañamiento, y ser escuchados” y de ese modo hizo hincapié en que “una sociedad que no piensa en sus niños es una sociedad que hipoteca el presente y el futuro de la Patria”
Adolfo Pérez Esquivel contribuyó con numerosas misiones internacionales conflictos en Sudáfrica, Afganistán, Oriente Medio y Tíbet, entre otras. Entre sus innumerables trabajos se destaca el libro «Caminando Junto al Pueblo (1995)», donde cuenta sus experiencias en la lucha por el ideal de la No-Violencia en América Latina.
En la actualidad, dedica su tiempo a la Fundación Servicio, Paz y Justicia en América Latina (SERPAJ) y al Proyecto Aldea Niños para la Paz que atiende a chicos y chicas en estado de riesgo social. Es presidente de la Comisión Provincial por la Memoria de Buenos Aires; miembro del Tribunal Permanente de los Pueblos; integró el Comité de Honor de la Coordinación internacional para el Decenio de la no violencia y de la paz; fue Jurado Internacional del Premio de Derechos Humanos de Núremberg; del jurado del Premio de Fomento para la Paz “Felix Houphouet Boigny” de la UNESCO; miembro del programa de educación internacional "Peacejam"; del Consejo Mundial Proyecto José Martí de Solidaridad Mundial; del Consejo Asesor del Canal Telesur y del Consejo Directivo del Instituto Espacio para la Memoria (IEM) y actualmente da clase en un seminario sobre la Paz en la facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires y es el director del programa de Educación a distancia que posee el SERPAJ AArgentina.
En el homenaje estuvieron presentes funcionarios y funcionarias, trabajadores y trabajadoras de la Secretaría. También participaron por la Defensoría de Niños, Niñas y Adolescentes, Sebastián Medina; el rector de la Universidad Pedagógica Nacional (UNIPE), Adrián Cannellotto; Oscar Ruiz por el CONICET; integrantes del Servicio Paz y Justicia (SERPAJ) y representantes gremiales de ATE Capital y UPCN.