Presidencia de la Nación

80° aniversario de la Escuela Superior de Guerra

En el aula magna del Centro Educativo de las Fuerzas Armadas se realizó la ceremonia por el 80° aniversario de la inauguración del edificio de la Escuela Superior de Guerra en el barrio de Palermo y el 112° aniversario del fallecimiento de su fundador el teniente general Luis María Campos.

La ceremonia estuvo presidida por el jefe del Ejército, teniente general Claudio Pasqualini, quien estuvo acompañado por el director general de Educación, general de brigada Agustín Cejas, y por el director del Instituto, coronel Néstor Leonard. Además estuvieron presentes egresados, cursantes, docentes y personal de la Escuela de Guerra, invitados especiales y familiares del general Luis María Campos, entre otros.

Con las bandera de guerra del Regimiento de Infantería 6 de Línea y con el sable que acompañó al teniente general Campos ya puestos sobre el escenario, se realizó el saludo protocolar y la Fanfarria Militar Alto Perú del Regimiento de Granaderos a Caballo ejecutó los acordes del Himno Nacional Argentino.


Sable que perteneció al teniente general Luis María Campos


Bandera histórica del Regimiento de infantería 6 de Línea

Seguidamente, se efectuó una invocación religiosa y un oficial junto a dos alumnos descubrieron la placa que conmemora los 80 años del emplazamiento del Instituto en los solares de Palermo. Asimismo se colocó una ofrenda floral al pie del monumento del teniente general Luis María Campos.

Tras un toque de silencio, en recuerdo del fundador de la Escuela Superior de Guerra y del personal caído en cumplimiento del deber, hizo uso de la palabra el coronel Leonard, quien expresó:

"…La Escuela de Guerra continua conservando la mística centenaria impuesta por su fundador. Su espíritu está presente en cada aula, en los alumnos y en cada integrante del cuerpo docente y de planta permanente… Estamos trabajando en un proyecto para contar con la primera aula multimedia del Instituto, verdadero núcleo de modernidad para la educación superior. Sentimos orgullo de ser referentes en estudios superiores sobre la guerra, la historia militar, la estrategia y la geopolítica”.

Posteriormente, los tenientes coroneles (R) Claudio Morales Gorleri y Carlos Orihuela recibieron reconocimientos por haber cumplido 25 años de servicio en el Instituto de manos del teniente general Pasqualini, del general Cejas y del coronel Leonard.

A continuación, y después de entonar las estrofas de la canción del Ejército Argentino, se invitó a todos los presentes a trasladarse al Museo “Teniente General Luis María Campos” para proceder a su reinauguración.

Allí, el Dr. Felipe Alberto de la Balze, bisnieto del teniente general Luis María Campos, dio un breve discurso resaltando las virtudes de su bisabuelo y su visión de la educación en el Ejército, particularmente de los estudios superiores de los oficiales que posibilitarían el desarrollo estratégico y geopolítico de la Nación, además destacó sus agradecimientos por el apoyo a su colaboración, expresando:

“Agradezco la presencia del jefe del Estado Mayor General del Ejército, teniente general Claudio Pasqualini, y del director general de Educación, general de brigada Agustín Cejas… Más de diez profesionales artesanos restauradores trabajaron en el proyecto: tapiceros, bronceros, marqueros, restauradores de armas, de uniformes, cueros, acrílicos y vitrinas, y los pintores, entre otros, muchos de ellos aquí presentes”.

Al mismo tiempo, se descubrió una placa en agradecimiento a su aporte en la obra y se entregó un presente a María Fernanda González Ceballos, museóloga y quien se encargó de la restauración del museo.

Origen de la Escuela Superior de Guerra

El teniente general Luis María Campos, ministro de Guerra del presidente Julio Argentino Roca, consciente de las numerosas inquietudes e iniciativas de civiles y militares que instaban un mayor perfeccionamiento dentro del Ejército, desarrolla la idea de contar con un instituto de formación superior para oficiales, creando 01 de enero de 1900 la Escuela Superior de Guerra, dando inicio a las actividades académicas el 25 de Abril del mismo año, en la sede de la avenida Corrientes 439. El acto inaugural, dio lugar a sentidas palabras del general Luis María Campos, ante el comienzo de las actividades, resumiendo:

“Este instituto abrirá nuevos horizontes al espíritu de los jóvenes y oficiales del Ejército, convencidos de que solo en el estudio y en la labor perseverante encontrarán los medios de ser útiles a la Patria y a ellos mismos”.

Desde su creación, la Escuela ha contribuido en forma permanente a la formación del pensamiento militar argentino, mediante la enseñanza superior e investigaciones científicas sobre Defensa Nacional, Estrategia e Historia Militar y la consecuente actualización doctrinaria.

En el Año 1939 se establece en el actual predio, sobre la avenida que lleva el nombre de su fundador. En 1986 y respondiendo a las expectativas de la institución y de la sociedad, la escuela abrió sus claustros a nuevas carreras y actividades que posibilitaran el progreso académico civil y militar, sumándose de esta forma al impulso educativo resultante del 2° Congreso Pedagógico Nacional.

Por Resolución del Ministerio de Defensa N° 1427/06, se dispuso la creación del Centro Educativo de las Fuerzas Armadas, en las actuales instalaciones de la Escuela, integrándose con la Escuela de Guerra Conjunta y los Institutos de formación de Oficiales de Estado Mayor de la Armada y Fuerza Aérea Argentina.

En sus aulas se han formado más de 3.000 oficiales de Estado Mayor, incluyendo casi 400 oficiales extranjeros -de los ejércitos de Bélgica, Bolivia, Brasil, Colombia, Corea del Sur, Ecuador, El Salvador, España, Estados Unidos de América, Francia, Guatemala, Honduras, Italia, México, Nicaragua, Paraguay, Perú, República Federal de Alemana, Uruguay y Venezuela-, destacando la trascendente labor que realiza el Instituto y el reconocido prestigio que tiene ante todo el mundo en su competencia específica.

Actualmente, en el marco de un constante y progresivo crecimiento, el Instituto, manteniendo su identidad fundacional, desarrolla carreras de grado, posgrado, actividades de extensión universitaria e investigación, integrada como unidad académica de la Facultad del Ejército inserta en la Universidad de la Defensa nacional.

Si te interesa conocer la oferta educativa, para militares y civiles, de la Escuela Superior de Guerra entrá a su página web o lee la nota que publicamos.

Teniente General Luis María Campos

Por el doctor en Historia y profesor de Historia Militar teniente coronel (R) Claudio Morales Gorleri

El 15 de octubre de 1907 fallecía en su casa de la calle Lavalle el teniente general Luis María Campos. El presidente Figueroa Alcorta decretó tres días de duelo nacional. Fue velado en la casa de gobierno y luego su féretro trasladado hasta el Cementerio de la Recoleta, escoltado por un escuadrón de Granaderos a Caballo, el Colegio Militar y la Escuela Naval. Lo esperaban tropas de la Guarnición Buenos Aires con el célebre 6 de Línea que comandó en el Paraguay para rendirle honores de ministro de guerra.

Se homenajeaba con uniformes de gala al Bayardo Argentino, el hombre sin miedo y sin tacha como lo llamaba la prensa, o bien el General Petit como lo hacía su familia y su tropa por su escasa estatura.

Julio Argentino Roca lo definió en una carta a su viuda, Justa de Urquiza, como “una de nuestras más bellas y puras figuras de soldado, nada inferior a las más brillantes de la epopeya de la Independencia”. Los homenajes fueron permanentes, acompañados por el pueblo de Buenos Aires. Siete años después, por una ley nacional y el aporte voluntario de la oficialidad, se inauguró el monumento frente al Instituto de su creación. En esa oportunidad, el general Allaria, ministro de guerra, en su discurso dijo: “La Patria no olvida a sus héroes”. Sin embargo, la Patria olvidó, sólo se reconoce la avenida que lleva su nombre frente a la Escuela. Siguiendo a Ortega podemos decir que se “Plagió al orangután”, porque la historia, esa “altitud de pretérito acumulado”, que es privativa del hombre, no del animal, se olvidó.

Los desencuentros argentinos son de tal magnitud que las heridas abiertas hace ya un siglo y medio no se cicatrizan. La Guerra del Paraguay, discutida políticamente hasta nuestros días, ha sido el escenario de heroicas hazañas militares de los ejércitos que participaron.

Luis María Campos intervino en esa guerra iniciándola como sargento mayor, jefe del 6 de Línea y la concluyó como coronel, constituyendo su recia personalidad de soldado un verdadero arquetipo de virtudes militares, elevando su fama a leyenda del Ejército Argentino. Desaparecía en la disciplina para alumbrar con el heroísmo. Sus proezas se transmitían de boca en boca en los esteros paraguayos o en San Ignacio donde derrotó la revolución federal posterior a Curupaytí.

Ese coraje puesto a prueba una y mil veces de soldado a coronel, tuvo su correlato en otras facetas de su personalidad militar: su defensa indeclinable a las instituciones de la República que se manifestó, por ejemplo, en 1874 luchando contra el levantamiento de Bartolomé Mitre en La Verde o en 1880 enfrentando la revolución de Carlos Tejedor y más nítido aún, en la Revolución del Parque en 1890, en la que enfrentó a sus propios hermanos, el general Manuel J. Campos que era el jefe militar y el coronel Julio Campos, que murió el primer día de combate de un balazo en el pecho.

Otra cualidad de su personalidad fue su clara perspectiva del futuro del ejército, al crear la Escuela Superior de Guerra al comenzar el siglo XX. A la bravura arquetípica de soldado argentino le agregó la mesura intelectual de las aulas. Al coraje le agregó el pensamiento.

El poeta Leopoldo Merechal en Megafón o la guerra hace descender de su pedestal la estatua de un Juan de Garay indignado que demanda a la ciudad de Buenos Aires el cumplimiento de su mandato fundacional. Hoy, a 119 años de la creación del instituto, se inaugura el Museo Teniente General Luis María Campos, en la planta baja del edificio de la Escuela Superior de Guerra acatando el mandato histórico de su fundador que en el discurso inaugural estableció: “que se mantengan vivos en sus aulas, no sólo el noble afán por saber, sino también gloriosa del Ejército y el amor a la Patria”.

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