La tecnología nuclear ofrece herramientas para la producción agropecuaria
La División de Aplicaciones Pecuarias de la CNEA aplica la Fluorescencia de Rayos X por Reflexión Total para detectar la presencia de elementos químicos en muestras de sangre, agua o alimentos. Esto sirve para conocer el estado nutricional de los animales y garantizar la calidad y seguridad agroalimentaria.
Desde conocer si un animal recibe los nutrientes necesarios hasta monitorear el efecto en el ambiente de la producción intensiva, la tecnología nuclear también ofrece aplicaciones para el sector agropecuario. Para optimizar la producción animal y garantizar la calidad y seguridad agroalimentaria, en la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) es utilizada una técnica analítica nuclear llamada Fluorescencia de Rayos X por Reflexión Total (TXRF).
La TXRF sirve para detectar la presencia de metales pesados y otros elementos químicos, por ejemplo, en muestras de sangre, agua o alimentos. “Es una técnica analítica nuclear multielemental, es decir que puede detectar los elementos de la tabla periódica. Consiste en la excitación de los electrones de una muestra mediante una fuente de rayos X. A su vez, esa muestra emite otros rayos X. Como cada elemento tiene rayos X característicos, se puede identificarlos y cuantificarlos con precisión por medio de un detector de alta resolución”, explica la ingeniera agrónoma Marilina Basso, jefa de la División Aplicaciones Pecuarias del Departamento de Aplicaciones Agropecuarias y Ambientales de la CNEA.
La TXRF tiene ventajas comparativas con respecto a otras técnicas. “Puede abordar el análisis de matrices complejas con relativa facilidad y tiene un funcionamiento de bajo costo. Permite el análisis de cantidades muy pequeñas de muestra; la cuantificación es sencilla utilizando un estándar interno, y la preparación de la muestra y la medición son rápidas. Además, posee alta sensibilidad”, detalla Basso.
En el sector agropecuario, la TXRF puede utilizarse para detectar elementos esenciales para la vida, como cobre, selenio, zinc o calcio en muestras de sangre, plasma o suero de bovinos, equinos o aves. De esta manera se puede conocer su estado nutricional y diagnosticar y corregir carencias y enfermedades metabólicas.
También se pueden detectar tóxicos. Por ejemplo, es posible conocer si un ambiente está contaminado con metales pesados, como plomo o cromo, por medio del análisis de abejas melíferas, polen o miel, a través del biomonitoreo ambiental, o evaluar esos elementos en suelo y aguas.
Otra aplicación de esta técnica es la comprobación de la inocuidad de productos destinados a consumo humano, es decir, que se cumpla con los límites máximos de residuos permitidos en el Código Alimentario Argentino (CAA). Con esta técnica se puede detectar la presencia de arsénico en líquidos como agua, leche, bebidas o jugos y en huevos. También se pueden analizar alimentos sólidos, aunque con preparaciones previas como una digestión ácida para quesos, miel y carnes, o la elaboración de una suspensión para analizar alimentos balanceados, pasturas, maíz, sorgo o soja, con el objetivo de ofrecer a los animales en producción una dieta balanceada en minerales.
Otra utilidad de la TXRF es la evaluación de efluentes provenientes de sistemas de producción intensiva, para evitar contaminaciones al suelo y el agua.
En la CNEA se viene trabajando con estos usos de la TXRF, por ejemplo, para detectar la deficiencia de cobre en el ganado bovino, segunda carencia mineral en sistemas pastoriles en el mundo. Actualmente en la División Pecuaria también ensayan esta técnica para la caracterización del ciclo de producción de las gallinas ponedoras. Esto incluye desde el análisis del alimento de las gallinas, que debe contar con determinado balance para alcanzar una nutrición mineral de precisión, hasta la cuantificación elemental en el guano de gallinas para una apropiada gestión de las excretas. Basso explica: “La idea es ajustar la alimentación del animal para tener un mejor aprovechamiento y reducir los desechos para una menor contaminación en el ambiente”.