Ceremonia japonesa del té
La ceremonia japonesa del té es una práctica que en la simpleza del acto de compartir esta bebida revela el espíritu del camino del té, conocido como "chadō".
El sábado 29 de 17 a 19 h el Museo Nacional de Arte Oriental, dependiente de la Secretaría de Cultura, invita a participar de una ceremonia japonesa de té, oficiada por la escuela Urasenke Argentina. Las misma tiene como objetivo experimentar con los sentidos lo que esta práctica ofrece. La actividad está a cargo de la especialista Malena Higashi, y durante la ceremonia tres de los participantes del público podrán degustar un dulce japonés y beber un cuenco de té.
"En nuestra escuela, con sede en Kioto, Japón, esta tradición tiene una historia de 400 años. El maestro Sen no Rikyū, mano derecha del unificador Hideyoshi, en el siglo XVI, perfeccionó esta práctica que estudiamos hasta estos días. Se puede transmitir la paz a través de una taza de té. Dos culturas también pueden llegar a un entendimiento a través del té, y también a la paz interior. Sen no Rikyū habla de cuatro pilares: armonía (wa), respeto (kei), pureza (sei) y tranquilidad (jaku), cuatro palabras que resumen el espíritu del camino de esta infusión y su ritual", señaló Malena Higashi, estudiante y practicante de Ceremonia del Té de la Escuela Urasenke, nos introduce en la tradición japonesa recreando el momento de la ceremonia.
"La ceremonia del té tiene múltiples significados y mucha influencia del budismo zen. Se la conoce con los nombres de "Chado", el camino del té, o "Chanoyu", agua caliente para el té. En Japón, en las escuelas tradicionales, es un arte que se transmite de generación en generación, de padres a hijos. Es una meditación en movimiento, una manera de vaciar la mente, de contemplar cosas bellas y de estar en el momento presente, eso es muy importante", explicó Malena. La primera demostración que se realizó en Argentina fue en una casona ubicada en la calle Luis María Campos, propiedad de Kenkichi Yokohama, un coleccionista de antigüedades japonesas y chinas. Tuvo dos hijas, una de ellas, Orlanda Yokohama, que se dedicó al arte y dirigió este Museo Nacional de Arte Oriental entre el año 1976 y 1996, y la otra, Norma Yokohama, quién se dedicó a difundir la práctica del Chado.
"Existen distintos procedimientos para preparar el té. Uno de ellos es "Chabako", de mediados del siglo XIX. La particularidad es que todos los elementos están contenidos en una cajita (Chabako) y que se puede hacer al aire libre. Este procedimiento se llama "Unohana chabako". Unohana es una flor japonesa que crece en el mes de mayo y está relacionado con el verano. Se usa un cucharón de bambú para tomar el agua caliente y servir agua fría o agua caliente y una pequeña pava. Siempre se sirve matcha, te verde molido, en polvo, que se bate con un batidor de bambú. La taza se llama chawan y es una taza sin asa. Hay dos maneras de prepararlo: Usucha (té liviano) o koicha (té espeso)", agregó Higashi.
Además él té es acompañado de otros alimentos: "Se sirven unos dulces, que se comen antes de té, a diferencia de otras culturas donde se mezcla la infusión con las comidas. En este procedimiento de Chabako se sirve un tipo de dulce que puede ser un caramelito llamdado kompeto, de origen portugués y en este caso, se servirá también un dulce hecho a base de una fruta azucarada, mientras que en el koicha se sirve otro tipo de dulce, húmedo, relleno de anko (pasta hecha con poroto azuki y azúcar)", describió la especialista. "Un encuentro formal de té se llama "Chaji" y puede durar hasta cuatro horas. Los invitados y la anfitriona usan kimono. La anfitriona coloca los carbones en el brasero, delante de sus invitados, y allí coloca un incienso que va impregnando toda la sala. Antes del té la anfitriona sirve una comida que se llama "Kaiseki", que se acompaña con sake. Luego se sirve el dulce húmedo y posteriormente el koicha y luego el usucha.
La actividad es de acceso gratuito y no requiere inscripción previa, en Viamonte 525 2° piso, CABA.