Taller de producción de banana en el Área IPAF NEA en Laguna Naineck
El Área IPAF NEA tiene un perfil frutihortícola, donde la producción bananera adquiere relevancia por tratarse de un cultivo histórico en la zona de Laguna Naineck donde está ubicada esta unidad del INTA.
En este marco se desarrolló un taller sobre banana donde se abordaron distintos temas como la densidad de plantas por hectárea, la rehabilitación y fertilización de lotes y cuestiones organizativas. El taller estuvo a cargo del investigador y referente en esta temática, Ing. Agr. Gerardo Tenaglia, secundado por técnicos del sector de frutales de la unidad.
La jornada inició con una presentación sobre el cultivo y la investigación que se realiza en el INTA, luego se hizo una recorrida por los ensayos y por el banco de germoplasma de esta fruta, y se brindó información sobre prácticas y manejo del cultivo.
Fue el primer taller de una serie de capacitaciones que se realizarán a medida que avance el ciclo, para acompañar al cultivo de banana en cada una de sus etapas.
El Banco de germoplasma de banana que pudieron conocer los asistentes al taller, forma parte de la Red de Recursos Fitogenéticos (RedGen) del INTA.
Participaron de la jornada, productores, alumnos y alumnas de la Universidad Provincial de LB y técnicos. En los diferentes momentos de la jornada pudieron realizar consultas e intercambios en relación al cultivo de banana.
Durante el taller, Tenaglia explicó que “el cambio climático nos exige, además de variedades resilientes, un manejo adecuado del bananal. Uno de los pilares que estamos trabajando en el INTA es la baja en la densidad del cultivo, reduciendo el número de plantas por hectárea a 1.700, y maximizando así la cantidad de precipitaciones caída en el ciclo del cultivo para cada planta de la hectárea”.
“Esta alternativa de manejo trae aparejado varias ventajas, En primer lugar, nos permite evitar la competencia por agua entre las plantas, que posibilita adelantar la cosecha evitando llegar a las heladas y mejoran el tamaño de la fruta” agregó el referente del INTA.
“Por otro lado, el marco de plantación facilita las labores, reduciendo los tiempos operativos y disminuyendo el costo al agricultor familiar. Como desventaja tenemos una mayor presión de las malezas en el inicio del ciclo, hasta que el cultivo cubra toda la superficie y un mayor número de hijuelos que implica una labor de desbrotado más durante el ciclo” explicó a continuación.
Con respecto a la rehabilitación de lotes de banana, el investigador dijo que “este trabajo (en el lote) debe realizarse apenas terminen las heladas, para permitir expresar al máximo el cultivo durante todo el ciclo de producción. Este (fue un) año muy atípico, tras el antecedente (del fenómeno) de La Niña durante tres años, que implicó una muy mala producción, y que las precipitaciones llegaron recién a mediado de octubre, la mayoría de los productores no rehabilitaron sus lotes, algo totalmente comprensible, después de años de sufrir la sequía”.
En ese punto de la capacitación se llevó adelante una selección de brotes, y se hizo hincapié en el número de manos a dejar para lograr un resultado final adecuado a la salida de la sequía, al año climático que enfrentamos y los recursos que disponga el agricultor familiar.
La fertilización “es el tema más delicado para el productor” definió Tenaglia, quien agregó que “por el costo de los fertilizantes se buscan alternativas para adecuar a los recursos que dispongan los productores. Aquellos que tengan posibilidad de conseguir estiércol, verán ensayos de dos años en la estación. El equilibrio entre el vigor de la planta y el número de manos es fundamental para minimizar el consumo de fertilizantes y lograr la cosecha, antes de que lleguen las heladas, con la calidad comercial alta para lograr ubicar la fruta”.
La continuidad de las actividades, según la planificación, incluye el combate a la sigatoka amarilla (cómo controlarla, fungicidas orgánicos y químicos, calibración de los equipos de aplicación, deshoje sanitario, monitoreo); manejo del cacho para lograr calidad comercial óptima (desmane, desflore, embolsado, con especial hincapié al número de hojas y la circunferencia del pseudotallo), y cosecha y comercialización de la producción.