La producción frutihortícola en general (en este caso en particular, la bananera) genera fruta que por tener manchas, magullones y demás no es aceptada por el mercado consumidor. Por lo tanto se la desecha, lo cual significa números negativos en la ecuación económica de los agricultores. De allí que encontrar alternativas para que este descarte pueda, mediante un proceso de agregado de valor, convertirse en una fuente de ingresos sea una necesidad.

Se realizaron tres capacitaciones, por demanda de los establecimientos educativos, las cuales estuvieron a cargo del Ingeniero en Alimentos Rolando Aguirre, y asistido por personal del laboratorio de Suelo, Agua y Vegetales (SAV) de la unidad, quienes hicieron presentaciones dinámicas, donde en una primera parte realizaron el proceso de elaboración de harina de banana a partir de la fruta de descarte.

En segundo término, y para todos los casos, se realizó una actividad similar sobre la elaboración de chips salados de banana para su venta como snacks. En este sentido, lo novedoso es que se utilizó una variedad de fruta conocida en la zona como “guaycurú” -tipo plátano- la cual no es apreciada por los consumidores por ausencia de dulzor, distinto sabor y textura (consistencia pastosa), pero que a la vez es apta para la elaboración de productos de copetín.

Estas capacitaciones se llevaron a cabo en escuelas del departamento Pilcomayo del nordeste provincial. Se trata de las EPEP N° 249 José Ignacio Warnes, ubicada en la colonia Marca M; la EPEP N° 137 Perito Francisco Pascacio Moreno, en Sol de Mayo, y la EPEP N° 203 Patricias Mendocinas, en la colonia La Primavera. Además del Ingeniero Aguirre, colaboraron los agentes Milcíades Ramírez, Ramón Medina y Bernarda Ferreyra. Con la colaboración de docentes de las diferentes escuelas, para la organización de los encuentros.

La directora de la EPEP “Patricias Mendocinas”, Rosa Cristaldo, destacó que la jornada fue “muy beneficiosa para los niños para poner en práctica lo aprendido, que es la harina de banana y los chips salados”, a la vez que auguró el “inicio de actividades en conjunto” con el INTA.

Por su parte, el Ing. Aguirre destacó la articulación “con las escuelas de la región en temas que hacen al mejor aprovechamiento de la producción local y la mejora de las condiciones de vida de la familia rural”.

Las jornadas se realizaron en los establecimientos educativos, y fueron extensivas a los padres y allegados de los alumnos concurrentes, por lo que fueron recibidas por grupos familiares, docentes y directivos.

Los asistentes destacaron el valor de poder visualizar a su producción no solo como un producto final, sino como la materia prima para generar productos elaborados, con el consiguiente incremento de los ingresos. E incluso, para la banana guaycurú, los asistentes comenzaron a apreciarla, ya que hasta entonces no le encontraban demasiada utilidad.

En total más de un centenar de asistentes recibieron estas capacitaciones en valor agregado en banana, actividades que tendrán continuidad durante el actual ciclo lectivo.