Récord de participantes en el programa emblema del diseño industrial argentino para el mundo
Sello de Buen Diseño argentino distinguió a 454 productos en su última edición
El secretario de Industria y Desarrollo Productivo de la Nación, José Ignacio de Mendiguren, se reunió con más de 300 PyMEs que fueron reconocidas con el Sello de Buen Diseño argentino (SBD), la distinción oficial que entrega el Ministerio de Economía de la Nación a las firmas que, a través de la incorporación de estrategias de diseño, implementan mejoras en sus procesos industriales y en sus productos para promover su competitividad y productividad. La iniciativa, que llegó a su 12° edición, tuvo este año récord de participación con 454 productos distinguidos pertenecientes a 315 empresas de 16 provincias que, mediante procesos innovadores, lograron ampliar su productividad y abrir nuevos mercados internacionales.
“El camino de la producción en el mundo ultra-competitivo en el que estamos va de la mano del diseño y la innovación, no de la estandarización, y es un activo de suma importancia para el desarrollo industrial que nosotros planteamos. No son acciones solitarias sino que cristalizan el esfuerzo de todos ustedes, de las políticas del Estado, de las universidades y del complejo científico-técnico”, afirmó Mendiguren y resaltó: “Este es el rumbo indispensable que Sergio Massa tiene claro para sostener el crecimiento con base en el diseño y la producción que ya echó raíces y que nos permite darle alas a las próximas generaciones porque estamos a la víspera de una gran Argentina”.
Desde hace 12 años, el SBD se otorga a los productos de la industria nacional que se destacan por su innovación, participación en la producción local sustentable, posicionamiento en el mercado y calidad de diseño. En su última edición, el 25% de las empresas distinguidas son exportadoras.
Los productos seleccionados acceden a diferentes estrategias de posicionamiento y al acompañamiento en acciones comerciales y de exportación, como la participación en ferias nacionales e internacionales. Por ejemplo, este año se realizó en el CCK la mayor muestra de diseño industrial en los últimos 50 años y, por primera vez, las empresas distinguidas participaron de la exposición Maison et Objet en París, la feria de diseño de interiores más grande del mundo.
En el encuentro, estuvieron presentes también la secretaria de Minería, Fernanda Ávila; el secretario de Planificación del Desarrollo y la Competitividad Federal, Jorge Neme; el subsecretario de Análisis y Planificación Productiva, Gabriel Vienni; el subsecretario PyME, Tomás Canosa; la subsecretaria de Gestión Administrativa de Industria y Desarrollo Productivo, Julieta Almécija; el director nacional de Gestión y Política PyME, Pablo Bercovich; el director nacional de Financiamiento PyME, Francisco Abramovich; la directora nacional de Fortalecimiento de la Competitividad PyME, Julia Watman; la directora nacional de Desarrollo Regional PyME, Fiorella Robilotta; miembros del comité evaluador; representantes de cámaras empresariales; industrias, universidades; y PyMEs de todo el territorio nacional. Durante el encuentro, el violinista concertista Fernando Villaruel interpretó las estrofas del himno nacional argentino con su violín eléctrico de la Línea Organic, de la empresa Strikell Violins, distinguido con el Sello de Buen Diseño.
“Los productos distinguidos dan cuenta del carácter federal de todas las iniciativas y de todos los programas que llevamos adelante desde la Secretaría de Industria y el Ministerio de Economía, con eje en la agenda de la innovación, el diseño y la calidad, entendiendo que son un reflejo de todas las capacidades y los activos que hay en el entramado productivo local generando las condiciones estratégicas exportadoras para llevar valor argentino al mundo”, afirmó Canosa, y resaltó la importancia de fortalecer este tipo de políticas públicas porque “esta agenda también nos permite seguir aumentando las exportaciones PyME con mucho valor agregado en todo el territorio nacional”.
“El Sello de Buen Diseño no sólo distingue productos, sino que también le permite a aquellos que no recibieron el reconocimiento iniciar un proceso de mejora continua de la calidad con el diseño como eje rector. Y para sostener esto lo que necesitamos no es menos universidades sino más, trabajando en el territorio, con las pymes, que son en definitiva quienes mueven la economía”, señaló la directora de la Licenciatura en Diseño Industrial de la Universidad Nacional de Hurlingham y miembro del comité evaluador del SBD, Anabela Rondina.
Por su parte el decano de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires y miembro también del comité evaluador, Carlos Venancio, afirmó: “Para la universidad pública es un vínculo enormemente virtuoso trabajar con el Sello de Buen Diseño y con ese otro gran motor de nuestro país, que es la industria internacional. Cuando el diseño se vincula con la industria y llega a un lugar como este, es cuando podemos decir que nuestra disciplina es exitosa”.
Diseño argentino que crece
Entre las empresas distinguidas en esta nueva edición del SBD se encuentran Durax-Cristalux, Estudio Naval IWG y Ansilta Campamento S.A.
Durax-Cristalux es una cooperativa radicada en la localidad bonaerense de Avellaneda, que se dedica a la fabricación de vajilla y envases de vidrio. La firma quebró en 1999 y fue reabierta en 2002 por trabajadores del vidrio. Hoy la planta cuenta con una capacidad productiva de más de 250.000 unidades diarias y stock permanente en productos de línea y emplea a casi 300 personas.
La firma fue distinguida por el diseño de sus platos de alta gama de la línea Firenze, Firenze-Malbec y Milano. “La nuestra es una historia de superación; estamos orgullosos de dónde salimos y hasta dónde llegamos. Nos llena de emoción y nos hace generar más compromiso y redoblar los esfuerzos para nunca bajar los brazos, aún en los momentos más adversos. Queremos hacer más grande la industria argentina de la que formamos parte”, afirmó la subgerenta de Durax-Cristalux, Cora Pena.
Por su parte, Estudio Naval IWG es una empresa ubicada en Puerto Madryn, Chubut, que desde 2007 se dedica a la construcción de barcos pesqueros. Por su proyecto “Pesquero Artesanal 9.9 Proa Invertida” fue distinguido con el Sello de Buen Diseño. “Soy ingeniero naval recibido de la Universidad de Buenos Aires, la universidad pública es un privilegio. Agradezco este reconocimiento a los 350 colaboradores que hacen nuestra empresa”, afirmó su presidente Walter Granja. Además, explicó que la firma fabrica los barcos en Rawson y el estudio de ingeniería está en Puerto Madryn “donde hay un entramado productivo grande. En lo naval tenemos 20 años, más de 50 pesqueros que se hicieron en Chubut con mano de obra patagónica; y otra parte importante es el trabajo en equipo y lo virtuoso de retroalimentar el conocimiento para mejorar productos”.
Stefani Alejandra Lépez Díaz, de Ansilta, firma radicada desde hace 40 años en San Juan, que se dedica al diseño y fabricación de prendas de nieve, sostuvo que “nacimos de una necesidad por la ropa técnica de montaña y hoy, además de ser 350 colaboradores, somos una de las marcas elegidas por los montañistas en el mundo, y la única empresa en Sudamérica licenciada con Gore-Tex, que es el mejor material impermeable en la actualidad”.
Ansilta fue la primera empresa en confeccionar indumentaria con tela “polar”, además de haber sido la responsable de desarrollar el uniforme oficial para el Programa Antártico Argentino. Este año fue galardonada por su línea de campera y pantalón “Crux”: “La primera distinción del Sello la recibimos en 2013. Este es nuestro decimoquinto galardón, del cual estamos súper orgullosos porque gracias al Sello estuvimos haciendo muchísimos diseños más versátiles como por ejemplo el que ganamos este año”, explicó Lépez Díaz .
Como ocurre en todas las ediciones de esta distinción, la selección de los productos estuvo a cargo de un comité de más de 80 profesionales provenientes de sectores académicos y productivos de todo el país que evaluó los productos presentados de acuerdo a diferentes variables como funcionalidad, sostenibilidad, innovación, calidad, materialidad e identidad.