Kit para el sueño seguro
El sueño es fundamental para el crecimiento físico y el desarrollo neurológico y emocional de las niñeces, y representa una de las tareas de cuidado que las familias tienen que acompañar durante la crianza.
Durante el primer mes de vida es esperable que duerman entre 16 a 20 horas por día, y que despierten cada 3 horas aproximadamente para alimentarse. A los 3 meses, puede que dejen de despertarse por las noches y lleguen a dormir entre 5 y 6 horas seguidas.
Aunque no está recomendado, muchas familias realizan colecho por distintas razones. En estos casos es importante reforzar los cuidados y ubicar al bebé al costado de la persona cuidadora, sin nidos, almohadas, ni ropa de cama entre las sábanas y su cuerpo. Evitar tener cerca otros objetos que puedan obstruir sus vías respiratorias, y prestar especial atención para evitar caídas.
Sabemos que es difícil lograr que las personas recién nacidas permanezcan en la cuna durante las primeras semanas de vida. Prefieren estar en brazos, y para pasar de los brazos a la cuna necesitan un tiempo de transición. Siempre es bueno charlarlo para recibir orientación y acompañamiento.
Todas las dudas que tengas en relación al sueño seguro del bebé podés conversarlas con el equipo de salud.
Recomendaciones para proteger el sueño durante los primeros meses
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La cohabitación, es decir dormir en la misma habitación de sus cuidadores, durante por lo menos los primeros 6 meses.
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No compartir la cama con otras personas.
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Acostar boca arriba, sobre su espalda.
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Tapar al bebé hasta las axilas con los brazos por fuera de la sábana, la cabeza y el rostro siempre descubiertos, sujetando con firmeza sábana y frazada.
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No ponerle gorro para dormir.
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Usar un colchón firme y plano del mismo tamaño que el piso de la cuna, sin almohada.
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No tener otros objetos en la cuna (chichonera, peluches, colgantes, acolchados, juguetes, entre otros).
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Usar frazadas livianas (no gruesas o pesadas) si hace frío.
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No fumar dentro de la casa, ni exponer al bebé a otro tipo de humo.
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Evitar el calor ambiental exagerado y el exceso de abrigo.
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Amamantar a demanda, la lactancia es un factor protector del sueño.
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Turnarse entre las personas responsables para el cuidado del bebé mientras duerme, evitando que la tarea recaiga en una sola persona.
Prevención de la muerte súbita de la persona recién nacida y lactante
El síndrome de la muerte súbita del lactante (SMSL) define la muerte de una persona entre el nacimiento y el año, que ocurre, aparentemente, durante el sueño. No puede ser explicada por una enfermedad específica, sino que tiene una multiplicidad de causas.
Existen algunas acciones que contribuyen a prevenir la muerte súbita durante el sueño:
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Evitar que el bebé duerma en sillones, camas altas, sillas para el auto o cochecitos.
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Evitar fumar, consumir alcohol u otras sustancias durante el embarazo y la lactancia.
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Compartir las tareas de cuidado para prestar plena atención en el acompañamiento del sueño.
Si la persona nació prematura, con bajo peso o tiene alguna enfermedad crónica, aumenta el riesgo de que ocurra el síndrome de muerte súbita y por eso requieren mayor atención y apoyo familiar en las tareas de cuidado.