Miriam Lariguet: “Nosotras debemos mantenernos firmes, manifestar nuestras disconformidades y seguir demostrando nuestras capacidades con hechos”
Miriam, quien actualmente se desempeña como síndica de empresas, cuenta con una vasta trayectoria en la Administración Pública Nacional y en la SIGEN. En el organismo ocupó el cargo de Secretaria General y de Gerenta de Coordinación Administrativa. En una entrevista distendida y enriquecedora, nos cuenta su recorrido profesional y comparte las experiencias cosechadas en sus años de carrera administrativa.
¿Cómo fueron los inicios de tu carrera laboral y cómo estaban conformadas las estructuras jerárquicas en ese momento?
Comencé a trabajar a los 18 años en la Dirección General Impositiva (DGI) el 27 de mayo de 1980. En aquel momento no había concursos en la Administración Pública y un querido amigo del barrio, Adrián Biglieri, me recomendó para iniciar los primeros pasos de esta larga carrera administrativa desde hace casi 42 años.
En ese momento, la Dirección de Administración de la DGI, el área en la que empecé a trabajar en tareas administrativas, si bien el Director General y el Director de Administración siempre fueron hombres, en los 3 departamentos que había en esa Dirección de Administración, dos de ellos estaban ocupados por mujeres, y el otro, por un varón.
Luego, el reconocido y prestigioso Dr. Héctor Constantino Rodríguez, me pidió que lo acompañara, en calidad de adscripta, en la entonces Secretaría de Control de Empresas Públicas, que se había creado durante la presidencia del Dr. Alfonsín. El titular de este organismo era además el Presidente del Directorio de la Sindicatura General de Empresas Públicas (SIGEP). Dos años después, la Secretaría se disolvió ante la creación del Directorio de Empresas Públicas.
El Directorio de la SIGEP estaba conformado por hombres, no recuerdo a ninguna mujer en aquellas reuniones. En ese momento estaba como asesora, aún no era profesional. Como traía la experiencia de la Dirección de Administración de la DGI, la idea era asesorar al presidente de la SIGEP en todo lo vinculado a la firma del Directorio.
En esos ámbitos había algunos puestos de menor jerarquía ocupados por mujeres, pero era algo esporádico, no eran numerosos los puestos críticos ocupados por mujeres en una organización.
¿Cuándo comenzás a visualizar cierto cambio?
En el paso por los distintos organismos en los que trabajé, ya sea DGI, SIGEP, SIGEN, Banco Hipotecario Nacional, luego Banco Hipotecario S.A., la Subsecretaría de la Pequeña y Mediana Empresa, Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, ex Secretaría de Cultura de la Nación, y luego definitivamente SIGEN, en toda esa trayectoria y las distintas ramificaciones que tenía cada trabajo debo admitir que he notado un quiebre y los cargos que son ocupados por mujeres se fueron equilibrando, poco a poco, a partir del 2009.
Aún hoy es así, aunque hoy es la obligación. Si no existiera esa obligación, estoy convencida que no sucedería, por más que la mujer demuestra grandes capacidades y tanta dedicación como los hombres, tanto en el trabajo como en las responsabilidades y los conocimientos.
En tu trayectoria profesional, ¿cuándo empezaste a ocupar cargos de jerarquía?
En general, después de irme de la SIGEN, el 1° de julio de 1995, en donde me desempeñaba como auditora, empecé a ocupar determinados cargos.
Cuando fui al Banco Hipotecario Nacional pasé como jefa de equipo, con gente a cargo. Y en algún momento estuvo vacante el cargo de auditor interno. Aunque no existía la figura de subauditor interno, el Banco Central exigía al Banco Hipotecario designar a alguien, entonces en forma conjunta con otra mujer, fuimos designadas por el Directorio del Banco, subauditoras internas.
Tras un paso muy breve en la Subsecretaría Pyme, ahí estuve como asesora del Subsecretario, en realidad colaboraba en las tareas del despacho de la firma, por lo que no lo considero un cargo importante. Luego sí gané un concurso en el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, como jefa de supervisión contable de auditoría interna.
Posteriormente renuncié a ese cargo por cuestiones personales y pasé como Directora de Administración, Presupuesto y Finanzas en la ex Secretaría de Cultura de la Nación. Cuando terminó la designación transitoria en ese organismo, la nueva gestión eligió a un nuevo equipo de trabajo, y entonces fui convocada por el Dr. Reposo para ocupar el cargo de Secretaria General en SIGEN. Por lo que el 1° diciembre de 2009, luego de 14 años, volví a este querido organismo que me ha formado técnica y profesionalmente, y al cual le tengo un agradecimiento eterno.
En este camino que recorriste, ¿sufriste algún tipo de violencia, discriminación o prejuicio por razones de género?
Siempre trato de rescatar los buenos recuerdos, no aquellos que me han dejado algún daño. Pero es verdad que sí he experimentado en algún momento alguna situación, no sé si necesariamente por una cuestión de género o por una cuestión política. Tal vez por las dos.
Cuando me fui de SIGEN en 1995, en el organismo no se hablaba del tema género. De lo que recuerdo, todos los gerentes eran hombres, se daba como natural que los hombres ocuparan los cargos. Pero sí, cuando regresé en el 2009, ya el contexto era otro.
Hoy con la lucha que dan las mujeres en relación a la equidad, ¿cómo ves la Administración Pública en general? ¿Sentís que aún hay un techo de cristal?
Yo creo que se ha modificado, pero también depende de nosotras continuar luchando, no dejarnos avasallar. Muchas veces por no manifestar nuestra opinión dejamos que pase, para no tener problemas o para evitar algún resentimiento. Entonces, nosotras debemos mantenernos firmes, manifestar nuestras disconformidades y seguir demostrando nuestras capacidades con hechos.
¿Sentiste en alguna situación particular, una actitud de subestimación por parte de un jefe?
Sí claro, en SIGEP. No sé qué opinaba ese jefe de mi persona, pero se me encargó un trabajo y obviamente hago ese trabajo, como siempre responsablemente, y cuando lo termino y lo presento me dijo que estaba asombrado, que no esperaba un buen trabajo mío. Y luego cuando renuncio y me voy a trabajar al Banco Hipotecario, me voy a despedir y me lo volvió a decir, por más que me lo dijo bien al comentario, lo sentí con cierta ironía.
Yo creo que esa discriminación no sé si tenía que ver con mi condición de mujer o con una cuestión política.
Guardando la confidencialidad, ¿tuviste compañeras que han sufrido violencia laboral, violencia doméstica?
No he sido testigo porque indudablemente hubiera tomado partido. Si viera alguna situación en la que pudiera ayudar lo haría, y más aún si sufriera violencia. Yo intervendría porque detesto precisamente la injusticia. Lo haría con alguna denuncia o hablando con las máximas autoridades, jefaturas; no me callaría. Pero siempre es necesario que esa persona me autorice a hacerlo y a veces es difícil que ocurra, por temor a ser expuesta o recibir represalias y castigos en el ámbito laboral.
¿Cómo ves la conformación de los directorios, hay muchas mujeres?
Los directorios ahora respetan el cupo femenino. En este momento, en una de las empresas en la que estoy, el Directorio está presidido por una mujer. En otra empresa hay 3 directores y una directora porque una de ellas renunció para ocupar un cargo de diputada provincial. En las comisiones fiscalizadoras en las que he sido designada las mujeres somos mayoría.
¿El trato es igualitario?
Absolutamente, estoy maravillada con estos directorios porque le tienen un respeto absoluto a la opinión de las comisiones fiscalizadoras y son muy receptivos a los comentarios o sugerencias que efectuamos.
¿Sentís que esta equidad que se ha logrado antes no existía?
Sin duda que todo este movimiento de lucha y equidad ha propiciado un cambio también en las empresas. En general, los directorios estaban conformados por hombres, pero como comenté antes, la situación está cambiando.
¿Cuál es tu opinión respecto de las actividades que se vienen realizando en el organismo sobre la violencia de género? ¿Tenés alguna sugerencia?
La creación del Ministerio de las Mujeres, Género y Diversidad, junto con la implementación de las capacitaciones son cambios importantes y muy positivos. Sería interesante continuar con la realización de talleres, en donde haya interacción para lograr que la gente se suelte y hable de la historia de “el otro” cuando en realidad es la propia. Es importante hacer diagnósticos con los relevamientos que se hacen para poder plasmarlos en acciones y políticas concretas que perduren y no cambien con las distintas gestiones.
¿Algún consejo que quieras darle a quienes comienzan?
Yo creo que el puesto te lo ganas seas hombre o mujer, te lo ganas con hechos y demostrando resultados. Lo que sí les diría es que nunca se callen. Siempre con respeto, no importa a quien tengan delante, si tenés una idea, defendela. Defendé tus principios para que no te ninguneen y, si te llega a ocurrir, hoy por suerte hay más herramientas y canales para manifestarse.
Las ideas se defienden con argumentos que muchas veces el interlocutor no los tiene, no te las puede rebatir y lo único que hace es imponer su cargo.