El aporte del sector empresario a la I+D argentina
En un conversatorio organizado por el Ministerio de Ciencia, se presentaron los resultados de la última Encuesta sobre I+D del Sector Empresario Argentino.
Con el objetivo de generar un ámbito de diálogo entre el sector público y las empresas, analizando su papel en el desarrollo de la investigación y el desarrollo (I+D) en el país, así como los desafíos que deben afrontar de manera conjunta, esta mañana se realizó el conversatorio “El aporte del sector empresario a la I+D argentina”. El evento se organizó en el marco de la presentación del último informe de la Encuesta sobre I+D del Sector Empresario Argentino (ESID).
En la ocasión, el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación, Roberto Salvarezza, afirmó que “hoy en día el Gobierno nacional tiene una decisión clara en cuanto al rol central del conocimiento, ahora nuestro gran desafío es acoplar la ciencia y la tecnología en la producción”. Se refirió también a la falacia sobre la cantidad de investigadores con los que cuenta nuestro país: “faltan investigadores” sostuvo, y destacó que “es importante conectar la demanda entre el sistema científico tecnológico y el sector productivo”.
La Encuesta sobre I+D del Sector Empresario Argentino (ESID) tiene por objetivo relevar la inversión en investigación y desarrollo (I+D) que realizan las empresas radicadas en el país, así como también los recursos humanos afectados a dichas actividades. El documento que se presentó brinda una síntesis actualizada al año 2019 sobre el desarrollo de dichas actividades.
“Haciendo un análisis generalizado, me atrevo a decir que lo que caracteriza el proceso de más de una década de relevamiento de información es que los niveles de inversión del sector privado en I+D son bajos, incluso en comparación con otros países de la región”, dijo al respecto el subsecretario de Estudios y Prospectiva, Eduardo Mallo. “Más del 84% de las empresas relevadas son PyMES de capitales nacionales, sin embargo, la inversión en I+D se explica por un puñado de grandes empresas y multinacionales”, agregó.
“Frente a este panorama, surgieron un conjunto de preguntas que buscan iniciar el diálogo para ver cómo podemos mejorar los niveles de inversión del sector privado en I+D y cómo mejorar el desempeño de nuestras PyMES en el mismo sentido, y también tratar de entender cuáles serían los mejores mecanismos para conseguir que nuestros investigadores e investigadoras se integren mucho más con las empresas de todos los sectores productivos argentinos”, concluyó Mallo.
A su turno, el director nacional de Información Científica, Gustavo Arber, explicó que este evento “tiene como objetivo poner en valor las estadísticas sobre I+D del sector empresario, y a partir de ellas generar un diálogo entre el sector público y el privado sobre el papel que debe jugar el sector productivo en el desarrollo de la I+D en el país y los desafíos que se deben afrontar conjuntamente para alcanzar ese crecimiento sustentable”.
Las cifras presentadas el día de hoy resultan de una encuesta anual que realiza la Dirección Nacional de Información Científica del MINCyT a un panel de 2000 empresas que tienen actividades en el país y que cubren distintos sectores, tamaños y orígenes de capital. La exposición de los datos estuvo a cargo de Manuel Wainfeld, responsable de la ESID, quien realizó un breve recorrido sobre los resultados y brindó algunos datos generales reflejados por la encuesta. Manuel esbozó, entonces, los tres ejes del análisis: el aporte del sector empresario a la I+D en Argentina; la concentración de la inversión y los recursos humanos en un conjunto acotado de empresas; y la participación de las mujeres en las actividades de I+D en las empresas, que tiene que ver con “la marcada desigualdad de género que se materializa en la baja participación de mujeres en estas actividades”.
En 2019 el 36% de la I+D de nuestro país fue realizada por el sector empresas, participación que fue creciendo en los últimos años producto de una caída abrupta de la I+D realizada por las instituciones públicas. “La amplia mayoría que realiza actividades de I+D son empresas con capitales de origen nacional, sin embargo casi el 60% de la inversión es realizada por empresas multinacionales”, explicó Wainfeld.
En esta línea, el informe advierte que la estructura del sector productivo se encuentra dominada por pequeñas y medianas empresas y, en una relación bastante lógica con esta distribución, la mayor cantidad de empresas que invierten en actividades de I+D se encuentra también entre este grupo de PyMES, alcanzando éstas el 76% del total. Sin embargo y, en relación con la estructura productiva nacional, la mayor parte de la inversión del sector productivo no se explica por este grupo mayoritario en términos numéricos, sino por el aporte de las empresas de mayor tamaño y, en particular, de las multinacionales, y que se focalizan en pocos sectores productivos.
Otro punto a destacar es que “el 69% de los investigadores son varones, es muy baja la participación de las mujeres y desciende en relación al nivel jerárquico”, sostuvo Manuel. Otra especificidad del perfil de los recursos humanos es la baja proporción de participación de doctores en empresas: sólo el 7% de los y las investigadoras empleadas en el sector empresario cuentan con formación de doctorado (y sólo el 13% de las empresas tienen un doctor/a entre sus recursos humanos en I+D).
Al finalizar la exposición, un grupo de especialistas participó de un conversatorio en el que analizaron los datos relevados por la ESID. En este contexto, frente a la pregunta ‘¿por qué el sector productivo privado invierte poco?’, el director nacional de Estudios para la Producción del Ministerio de Desarrollo Productivo, Daniel Schteingart, opinó que “hay varios ejes, es muy difícil pensar que Argentina tenga mucha inversión en I+D privada sin una industria manufacturera fuerte. Hoy el mundo está cada vez más ‘sacando a la industria del cajón del olvido’, pero lo cierto es que muchos de los servicios basados en el conocimiento dependen de una industria pujante. Y entre el 2015 y el 2019 Argentina fue el país del mundo que más de desindustrializó, su producto industrial per cápita retrocedió cerca del 17%. La industria nacional, es una condición necesaria -aunque no suficiente- para la inversión en I+D”.
Schteingart se refirió también a la importancia de la transferencia del conocimiento de los recursos humanos: “Lo que mueve la gran aguja del desarrollo es un sistema público super pujante pero también una interdependencia muy fuerte con el sector privado. Hay que eliminar el hostigamiento hacia los investigadores e investigadoras que se pasan al sector privado”, aseguró.
En consonancia con esto, Esteban Corley, director general de mAbxience Argentina sostuvo que “es importante favorecer los vínculos entre la industria y los recursos humanos que están en el sistema. Esto sería un mecanismo para aumentar la imbricación entre sectores. Cada paso que se da hacia la innovación aunque sea pequeño, es irreversible”.
Respecto a los mecanismos para incentivar la inversión privada en I+D, los expositores coincidieron en que la Ley de Economía del Conocimiento ayudará a impulsarla: “Desde la mirada del MINCyT, esta ley como la de Incremento gradual de financiamiento de la Ciencia y la Tecnología, son claves para generar incentivos para así también ir incrementando gradualmente la inversión del sector privado en I+D”, expresó el secretario de Planeamiento y Políticas de la cartera Científica, Diego Hurtado.
A su turno, Andrea Bertelli, jefa de Investigación y Desarrollo de Biomakers, afirmó: “Creo q Biomakers es un claro ejemplo de lo que venimos hablando, somos una empresa de capital de origen nacional, somos reflejo de cómo al hacer uso del financiamiento público, se puede hacer una tarea de I+D muy útil y con proyección internacional”.
Por último, el gerente general y CEO de INVAP, Vicente Campenni, hizo hincapié en la importancia de la formación de los recursos humanos: “Creo que la cosa fue cambiando vertiginosamente en cómo usar la ciencia y la tecnología para el desarrollo de nuestro país, y acá tenemos un gran desafío. Creo que todo el sector académico y científico está cambiando porque existe esa demanda. El rol del Estado es fundamental a la hora de impulsar toda la cadena de valor de la economía del conocimiento”.
Si te perdiste el conversatorio podés verlo en el canal de YouTube del Ministerio de Ciencia.