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Auditoría energética de un sistema de calefacción existente

Para contribuir al uso racional y eficiente de los recursos energéticos que requiere una caldera es conveniente periódicamente no solo realizar operaciones de mantenimiento, sino también llevar a cabo una auditoría energética de los sistemas de calefacción existentes de un edificio, ya sea de oficinas, depósito, taller u otro tipo de instalación; y poner luego en práctica, las recomendaciones de mejora de eficiencia que surgen de ella.

Para evaluar energéticamente un sistema de calefacción existente es conveniente realizar un relevamiento de las instalaciones, determinar las condiciones de operación, la capacidad instalada y entender el funcionamiento del sistema en estudio.

Luego de esta caracterización es recomendable definir cuáles son los parámetros necesarios para el cálculo de las potencias térmicas y proceder a sus mediciones. Esto permitirá determinar la eficiencia global del sistema y la eficiencia particular de cada uno de sus componentes.

La última etapa es identificar y definir como recomendaciones, las acciones necesarias para mejorar la eficiencia del sistema.

A continuación se listan algunas pautas que conviene tener en cuenta, en el proceso de evaluación de la eficiencia energética de un sistema de calefacción. Para ponerlas en práctica es conveniente contar con los instrumentos adecuados y con toda la documentación relacionada al sistema.

Pautas de evaluación sugeridas:

1. COMPONENTES DEL SISTEMA

Realizar inspección visual y mediante el uso de instrumental adecuado para verificar el estado de mantenimiento de los componentes involucrados en el sistema de calefacción (cañerías, radiadores/calefactores, equipos de calefacción utilizados, bombas de circulación, etc.). En especial se recomienda verificar la capacidad de transmisión de los sistemas de intercambio de calor, de caldera y de radiadores, con el fin de detectar incrustaciones y hollines que la perjudican y eliminarlos. Las imágenes termográficas son muy útiles en este estudio.

2. CAPACIDADES

Verificar si las capacidades individuales de operación de los equipos que componen el sistema (caldera, quemador y bomba de recirculación, entre otros) son las adecuadas, o si hay algún equipo limitante de la transferencia de calor del sistema.

3. COMBUSTIÓN

Verificar la calidad de la combustión y puesta a punto de la caldera (relación entre: temperatura, comburente y combustible) para la óptima reacción y si es posible, mejorarla. Para ello es necesario contar con los datos técnicos del equipo donde se indican los parámetros de combustión óptimos de cada caldera para obtener un mejor rendimiento, entre ellos el punto óptimo de exceso de aire.

4. QUEMADOR

Si el sistema cuenta con un quemador asociado a la caldera, se debe verificar si está funcionando correctamente y si alcanza su máxima eficiencia, es decir, si aporta a la cámara, el aire necesario y en las condiciones requeridas; si se produce la mezcla óptima aire–combustible que determina la reacción óptima, etc.

5. AISLACIÓN

Verificar si la aislación térmica existente en la caldera, bombas y cañerías de envío y retorno de agua caliente, son adecuadas en cuanto a espesor, material y estado. En caso que se requiera, se recomienda mejorar o cambiar dicha aislación.

6. GASES DE COMBUSTIÓN

Realizar la medición de los gases de combustión, analizar la composición de los gases y ajustar el exceso de aire requerido, según las condiciones particulares de la caldera, del quemador y las condiciones de alimentación del combustible.

7. REEMPLAZO DE COMPONENTE DEL SISTEMA

Como última opción, en caso de que aplicando las anteriores recomendaciones no mejore el rendimiento del sistema, se recomienda evaluar si es conveniente realizar el cambio de algunos de equipos involucrados, para mejorar la capacidad de transferencia de calor. Por ejemplo: reemplazar el quemador de la caldera por uno de mayor capacidad, según la potencia nominal de la caldera; o cambiar la bomba de recirculación del sistema de calefacción por otra de mayor caudal, con el objeto de incrementar la cantidad de calor removido por el sistema de calefacción.

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