Presidencia de la Nación

Monitorean aguas residuales para evitar la propagación del COVID-19

Un grupo de investigadores, entre quienes se encuentran las doctoras María de los Ángeles Marinzalda y Ariana Cachi de la Fuerza Aérea Argentina, inició un estudio sobre las aguas cloacales de la ciudad capital de Córdoba y de tres localidades de Valle de Punilla para obtener un diagnóstico de situación sobre la dinámica de circulación del virus SARS-CoV-2

Por Lic. Laura Artuso

El estudio, denominado "Monitoreo ambiental de Sars-CoV-2 en aguas cloacales de la ciudad de Córdoba, Argentina", fue seleccionado en una convocatoria nacional orientada a la investigación del virus y recibe para su realización fondos de la Universidad de la Defensa Nacional (UNDEF), del Programa de Articulación Federal de las Capacidades en Ciencia y Tecnología Covid-19 y de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación de la Nación. El trabajo, que es llevado adelante por un equipo de investigadores de distintas instituciones, comenzó a concretarse hace unos meses, y durará un año aproximadamente.

Para orgullo de la Institución, el equipo de especialistas está formado también por profesionales de la Fuerza Aérea Argentina: María de los Ángeles Marinzalda, doctora en Ciencias Biológicas y Ariana Cachi, doctora Bioquímica especializada en Biología Molecular, ambas investigadoras adjuntas del CONICET-FAA y profesoras de la UNDEF- Facultad de la Fuerza Aérea.

“Vengo de una familia de militares, crecí con la Fuerza Aérea, mi papá es comodoro retirado. Cuando terminé el doctorado, se me presentó la oportunidad de comenzar a hacer ciencia e investigación en salud en la Institución y me pareció una buena oportunidad para contribuir desde mi lugar a la gran familia aeronáutica a la que respeto tanto. Entré en junio de 2015. Fue un camino largo hasta aquí, para investigar uno necesita recursos de los cuales no es tan fácil disponer, pero eso no me detuvo, seguí trabajando e investigando hasta que ganamos nuestro primer proyecto en la convocatoria del Programa de Acreditación y Financiación de Proyectos de Investigación de la UNDEF (UNDEFI) 2018. La universidad nos abrió muchas puertas para que podamos desarrollar nuestra actividad desde el Instituto de Medicina Aeronáutica y Espacial Gabinete Córdoba”, rememora María de los Ángeles. .

Por su parte, la doctora Cachi destaca: “Realicé mi doctorado en Bioquímica y Biología Molecular en España, donde estuve viviendo y adquiriendo experiencia en investigación durante 10 años. En un viaje de visita a Argentina, me enteré de la convocatoria para comenzar a formar un equipo de investigación en salud en Córdoba para la Fuerza Aérea Argentina y me pareció un desafío interesante que decidí aceptar. Entré a trabajar en el INMAE en 2015 y desde ese momento con la Dra. Marinzalda comenzamos a planear distintos proyectos de investigación”.

Ambas profesionales, desde sus comienzos en la Institución, propusieron temas que resultaron interesantes desde el punto de vista de la salud en el ámbito de la Defensa. En el año 2016, junto con la comodoro (R) Silvina Carrascosa, ganaron la convocatoria “Ideas Proyecto del Ministerio de Defensa” en la que plantearon realizar un Banco de Sangre en la Fuerza Aérea Argentina (FAA), para la identificación genética de los pilotos en caso de accidente. Como todo, en investigación es esencial el acompañamiento económico para poder llevar a cabo los proyectos. En el año 2018, fueron incorporadas como profesoras investigadoras de la Universidad de la Defensa Nacional (UNDEF) y pudieron acceder a las convocatorias UNDEFI para financiar y llevar a cabo los proyectos.

“Cuando se decretó la pandemia por el virus SARS-CoV-2, la UNDEF lanzó una convocatoria extraordinaria para proyectos de investigación “UNDEFI 2020 - COVID19” con la finalidad de generar conocimiento, acciones y/o productos, cuyos resultados y aplicación posibiliten mejorar la capacidad de respuesta al nuevo virus, contener y mitigar los efectos ocasionados por la misma, y contribuir con resultados concretos al fortalecimiento del sistema científico tecnológico y la atención de la emergencia sanitaria. Desde nuestro rol como investigadoras en Ciencias de la Salud de INMAE y siendo parte de la Fuerza Aérea, sentimos la necesidad de contribuir en esta causa. Nos pusimos en contacto la Dra. Gisela Massachessi y la Dra. Silvia Nates del Instituto de Virología Doctor José María Vanella (InViV), de la Facultad de Ciencias Médicas, de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). Ellas nos abrieron las puertas para formar parte del equipo de estudio denominado “Monitoreo ambiental de Sars-CoV-2 en aguas cloacales de la ciudad de Córdoba, Argentina. Todos entendimos que la forma de trabajar en este proyecto era sumando cada uno su granito de arena”, relata Ariana Cachi.

“Para esta tarea, participan profesionales del InViV, , del Laboratorio Central de la Provincia, de UNDEF, del Laboratorio de Análisis fisicoquímicos y bacteriológicos de la Estación Depuradora de Aguas Residuales Bajo Grande (EDAR), y de la Cooperativa Integral Regional de provisión de servicios públicos, vivienda y consumo limitada (COOPI), a cargo de cuatro plantas de tratamiento de efluentes cloacales del Valle de Punilla”, ratifica la doctora Marinzalda.

Actualmente las profesionales están llevando a cabo dos proyectos, uno es el “Monitoreo del SARS-CoV-2 en aguas cloacales de la planta de tratamiento de efluentes de Bajo Grande” y el otro analiza el “Impacto físico y emocional del Coronavirus en trabajadores de la Salud”. Ambas trabajan de manera específica con el Hospital Italiano para ver cómo impacta mental y físicamente este contexto de pandemia en su personal.

“Monitoreamos las aguas cloacales de la planta de tratamiento de efluentes de cuatro localidades cordobesas . Recibimos cada semana o cada 15 días, dependiendo de la localidad, una muestra de aguas de las plantas en las que realizamos la concentración del virus, extracción de ARN y detección de genoma viral por PCR a tiempo real. Este monitoreo del virus en las aguas residuales nos permite estimar la prevalencia del SARS-CoV-2 en la población, estudiar qué cepas están circulando, conocer cuál es el papel de la vía fecal-oral en la transmisión del virus, y estudiar si el virus que estamos detectando en aguas residuales tiene capacidad infectiva y si es posible que llegue a aguas superficiales convirtiéndose en otra posible fuente de infección para la población”, describe la doctora Cachi.

María de los Ángeles Marinzalda vive en la ciudad de Córdoba junto a su marido, bioquímico de la Escuela de Suboficiales de la Fuerza Aérea, y a sus dos hijos de 4 y 2 años. Todas las mañanas bien temprano, se dirige al laboratorio de Instituto de Virología y comienza a procesar las muestras que reciben de aguas de las plantas de Bajo Grande, La Falda, Valle Hermoso y Costa Azul. “Realizamos un proceso de concentración de virus para después poder detectar el genoma del virus por PCR y distintas actividades de laboratorio que completan los objetivos propuestos en el proyecto. Somos un equipo de tres investigadoras y un bioquímico que está realizando la especialidad en el Instituto”.

Por su parte Ariana Cachi vive en la ciudad de Villa Carlos Paz junto a su esposo y a sus tres hijos (Tomás, David y Valentina) de 13, 8 y 5 años, quienes están poniendo toda su paciencia y siendo muy generosos para que ella pueda trabajar de este modo, en este momento. “Cada día nos trasladamos al Instituto de Virología donde se lleva a cabo parte del trabajo. Las tareas y horarios van variando. Realizamos concentración de las aguas, extracción de ARN, infección de células con muestras de aguas y experimentos para poner a punto ciertas técnicas. Cada día es un desafío, pero nos levantamos con la ilusión de enfrentarlos y sabiendo que es por una buena causa. Hay días que volvemos muy tarde a casa con un cansancio físico importante, a lo que se suma la demanda de atención de los niños, pero con la satisfacción de estar poniendo nuestro granito de arena en la pelea contra este virus”.

“Es muy reconfortante saber que desde nuestro pequeño lugar podemos contribuir para hacer frente a esta situación que desorbitó al mundo entero y que la Fuerza Aérea Argentina a la que pertenecemos nos da la libertad de poder desarrollar nuestro trabajo, y que apoya el trabajo en equipo y la colaboración con otras instituciones de muchísima trayectoria y gran prestigio en el área”, concluye María de los Ángeles.

La doctora Cachi finaliza la entrevista expresando que “para nosotras es un orgullo poder formar parte de este equipo que no solo se destaca por su aptitud profesional, sino también por su calidad humana, la generosidad de sumarnos a su proyecto y darnos la posibilidad de aprender de ellos y con ellos. Creo que todos entendimos que esta es la forma de hacer ciencia, colaborando, cada uno con su experiencia, ganas y pasión puestas al servicio de la sociedad. Por mucho tiempo escuchamos que la salud no era un tema prioritario dentro de la investigación en el ámbito de la Defensa, y creo que esta pandemia nos demostró que la salud es la prioridad número uno en todos los ámbitos”.

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