La resistencia de distintos microorganismos patógenos (bacterias, virus, hongos, parásitos) a los agentes que se utilizan en salud humana y animal para combatirlos es un fenómeno de enorme y creciente impacto en nuestro medio y a nivel global.
Especialmente en relación a bacterias patógenas, se observa un fenómeno de aparición precoz y rápida diseminación de gérmenes resistentes a muchos de los antibióticos hoy disponibles, limitando las opciones terapéuticas para distintas enfermedades infecciosas.
El uso de antibióticos en cualquier circunstancia puede promover el desarrollo de resistencia, por eso una de las principales estrategias para limitar y contener este problema es la restricción del uso de antimicrobianos a las situaciones en las que sean imprescindibles o insustituibles.
Se trata de una tarea intensa y constante que deben llevar a cabo tanto organismos supranacionales como la OMS o la OPS, estructuras oficiales de competencia nacional, organismos regulatorios, sociedades científicas, instituciones de salud, laboratorios y fabricantes, como así también cada uno de los agentes de salud en su práctica cotidiana. Ninguna acción tendiente a limitar la resistencia a los antimicrobianos es pequeña.
Desde la ANMAT como autoridad regulatoria nacional estamos comprometidos con el avance de la estrategia de respuesta ante la Resistencia a antimicrobianos, y hemos desarrollado acciones tanto autónomas como en colaboración con otros organismos oficiales y sociedades científicas y actores del sector privado tendientes a dar respuesta a esta problemática.
Desde 2015 trabajamos en el marco de la Comisión Nacional de Control de la Resistencia Antimicrobiana (CoNaCra) coordinada por la Dirección Nacional de Epidemiología, participando del Plan estratégico de respuesta.