En 1788 comenzó la edificación de una importante casona rodeada por zanjas y cercos de tunas con dos portales de entrada. Resuelta con cubiertas de azotea, se organizaba mediante una doble crujía con sus propias galerías. Las salas, con sus aberturas vidriadas con alcayatas y rejas de hierro forjado de arcos escarzanos, abren al frente principal, mientras que los aposentos rodean un patio con su indispensable aljibe con brocal. Contaba con más de veinte piezas destinadas a comedor, sala y escritorio, ricamente decoradas y amuebladas para las recepciones de verano; capilla y dormitorios de huéspedes, capataz y criados. Los servicios y depósitos se ubicaban en la parte posterior, y ya fuera de la casa, en los patios sur y oeste, se disponían la cocina, un horno y el gran almacén para acopiar trigo. El esquema funcional responde a un tipo rural muy difundido, en cuyo frente se destaca una amplia galería de columnas de madera con zapatas contenida entre cuerpos avanzados, un espacio vital de transición entre el microcosmos interior del patio privado y la infinitud de la pampa circundante. Un esbelto mirador de tres pisos rematado en espadaña se recuesta asimétricamente sobre un ala lateral.
Categoría
Monumento Histórico Nacional
Norma
Decreto N° 1.868/1983
Dirección
Aviador Matienzo y Ruta 201, El Palomar, Buenos Aires.