La creciente emisión de gases responsables del efecto invernadero es una de las problemáticas ambientales que atrae mayor atención en las últimas décadas.

El dióxido de carbono (CO2) representa 86 % de las emisiones de gases de origen antrópico asociados al efecto invernadero. Su concentración en la atmósfera ha crecido de 280 ppm en la era preindustrial a más de 400 ppm en 2022. Estos niveles provocan efectos globales como la acidificación de los océanos, el aumento del nivel del mar y el aumento de las temperaturas medias globales en superficie. En consecuencia, se necesitan medidas urgentes para reducir las emisiones de CO2.

Frente a este desafío, la comunidad científica debe encontrar posibles soluciones que contribuyan a la reducción de las emisiones de CO2 originadas por la actividad humana.

En lo que sigue se proponen dos estrategias: la captura de CO2 y la transformación de CO2, pudiendo estar ambos procesos conectados.