Los antiguos definían con propiedad a la Historia como maestra de la vida.
Las naciones, y los hombres que las componen, aprenden lo mejor de sus antecesores y transforman los grandes ideales y las gestas que los encarnaron en instrumentos de su perfeccionamiento espiritual, intelectual y moral.
Se vuelve imprescindible volver los ojos y la reflexión hacia el ayer para encontrar los caminos seguros de un futuro fecundo.
La Armada es parte entrañable de la Nación. Nació con la Patria, coadyuvó a su independencia y la sirve para defenderla, consolidarla y promoverla.
Desde sus orígenes estuvo guiada, a su vez, por grandes ideales, altos objetivos y principios que están más allá de la discusión porque hacen a la misma existencia de nuestra condición nacional en libertad, justicia y democracia.
La Institución entiende que el adecuado conocimiento de nuestra historia naval, en sus múltiples facetas pero, sobre todo, en los valores espirituales que la sustentaron, es una contribución positiva para el mejoramiento continuo del hombre argentino y para la construcción definitiva de una sociedad democrática que llegue a ser un ejemplo para el mundo.
El argentino que quiera conocer su pasado podrá más fácilmente intuir el futuro, en el que el mar, nuestro Mar Argentino, estará siempre presente, siempre vigente.